El Papa apoyó los esfuerzos de paz en Siria, Libia y Colombia, y pidió “abundantes bendiciones” para las personas y Estados que acojan a migrantes, en su mensaje de Navidad, en el que condenó los “atroces actos terroristas” de los últimos meses.

En su tradicional mensaje Urbi et Orbi [a la ciudad y al mundo] en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el papa Francisco lamentó que en el lugar donde Jesús vino al mundo como hijo de Dios convertido en hombre continúan las tensiones y la violencia, en referencia al conflicto entre Israel y Palestina.

“Que los israelíes y palestinos puedan retomar el diálogo directo y alcanzar un entendimiento que permita a los dos pueblos convivir en armonía, superando un conflicto que les enfrenta desde hace tanto tiempo”, dijo.

Manifestó también la esperanza de que el reciente acuerdo logrado en Naciones Unidas permita “cuanto antes acallar el fragor de las armas en Siria y remediar la gravísima situación humanitaria de la población extenuada”.

Igualmente importante, agregó el Pontífice, es lograr el apoyo para un gobierno de unidad en Libia, “para que se superen las graves divisiones y violencias que afligen el país”.

Pidió además “que la alegría de este día ilumine los esfuerzos del pueblo colombiano para que, animado por la esperanza, continúe buscando con tesón la anhelada paz”, tras medio siglo de enfrentamiento armado.

La paz fue una de las palabras más repetidas de su mensaje tras un año marcado por la amenaza yihadista.

Como cada Navidad, Francisco se dirigió a decenas de miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro. Millones de católicos seguían su mensaje por televisión en todo el mundo.

Como viene siendo costumbre, el Papa insistió en que las sociedades occidentales abran las puertas a los migrantes y los refugiados. “Que sean recompensados con abundantes bendiciones todos aquellos, personas privadas o Estados, que trabajan con generosidad para socorrer y acoger a los numerosos emigrantes y refugiados” y les ayudan “a integrarse”.

Jorge Bergoglio no se olvidó de los cristianos “perseguidos por causa de su fe en distintas partes del mundo”.

Los conflictos y tensiones en Irak, Yemen, República Democrática del Congo, Burundi, Sudán del Sur y los esfuerzos de paz en Ucrania fueron otros de los temas citados en el mensaje, concluido con una bendición solemne y una indulgencia general.

El mensaje Urbi et Orbi es una ocasión para denunciar cada año los conflictos y la situación de las personas más desamparadas, como es el caso de los migrantes.

Discurso del Rey. El rey Felipe VI hizo un llamamiento solemne al diálogo y la unidad, el jueves en su tradicional mensaje de Nochebuena, en un momento en que España atraviesa dificultades para la formación de un gobierno tras las legislativas del domingo.

En un discurso televisivo grabado en la sala del trono del Palacio Real, subrayando la condición del monarca como jefe de Estado, Felipe VI, de 47 años, pidió a los españoles “voluntad de entendimiento” y anteponer el interés general: “Lo que nos debe importar a todos es España y el interés general de los ciudadanos”.

Los comicios abrieron la puerta del parlamento a dos nuevas fuerzas políticas —la izquierdista Podemos y la centrista Ciudadanos—, acabando con décadas de hegemonía bipartidista de conservadores y socialistas. El resultado fue una cámara muy fragmentada donde nadie dispone de una mayoría que le permita gobernar. Los partidos empredieron negociaciones que se anuncian largas y arduas.

“La pluralidad política, expresada en las urnas, aporta sin duda sensibilidades, visiones y perspectivas diferentes; y conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso”, subrayó el rey.

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