En las negociaciones por un acuerdo climático global que se realizan aquí (COP21), varias naciones industrializadas enviaron ayer señales de buena voluntad a países en vías de desarrollo con promesas de financiación.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció en un encuentro con jefes de Estado y de gobierno de Estados insulares —como Papúa Nueva Guinea, Barbados, las islas Marshall, Santa Lucía y Kiribati— que destinará 30 millones de dólares para un seguro contra las consecuencias del cambio climático. La Tierra necesita un acuerdo duradero sobre el clima, sostuvo el mandatario, quien subrayó que dicho pacto debe impulsar la economía y proteger el medio ambiente a la vez.
“Las pequeñas islas se ven especialmente afectadas por las consecuencias del cambio climático”, señaló Obama, quien se crió en Hawai y en Indonesia, entre otros lugares, y advirtió que “algunas naciones podrían desaparecer por completo”.
También dijo que debe haber revisiones periódicas con el fin de ajustar las metas a partir del desarrollo de la ciencia y la tecnología y llamó a ayudar a los países en vías de desarrollo para que puedan crecer de una manera sustentable.
La Unión Europea (UE), así como otros países, quieren que los objetivos de cada país sean legalmente vinculantes con el fin de asegurar que se cumplan los compromisos.
Obama saludó que más de 180 países presentaran planes para limitar sus emisiones, pero también externó su preocupación por el informe de Naciones Unidas (ONU) que señala que los planes de acción nacionales presentados sólo alcanzan para limitar el aumento de la temperatura terrestre a 2.7 grados con respecto a la era preindustrial. “Eso es demasiado. Queremos alcanzar la meta de los dos grados o incluso menos”, sostuvo e hizo referencia a las energías renovables en Estados Unidos, que con avances en el sector privado e investigación permitirán alcanzar antes esa meta.
Sin embargo, en Washington, la Cámara Baja, dominada por los republicanos, votó ayer contra el “Plan de Energía Limpia” de Obama, que busca reducir las emisiones de carbono de las plantas termoeléctricas del país.
Las medidas ya habían sido aprobadas en noviembre por el Senado. La acción fue sobre todo de carácter simbólico, ya que el presidente puede anular la decisión con un veto.
Los republicanos dijeron que fijaron el debate a propósito un día en el que Obama estuviera en París para la cumbre climática junto a otros 150 líderes mundiales. “Queríamos enviar a la conferencia del clima en París el mensaje de que en Estados Unidos hay un serio desacuerdo con las políticas extremas de este presidente”, dijo el representante Ed Whitfield de Kentucky, uno de los principales estados productores de carbón.
Alemania y Francia dijeron que pondrán a disposición miles de millones para energías renovables en África, según anunciaron ambos países.
El presidente francés, François Hollande, informó que París destinará a ese fin 2 mil millones de euros (unos 2 mil 116 millones de dólares) entre 2016 y 2020, el doble que en los últimos cinco años. El Ministerio de Desarrollo alemán aportará 3 mil millones de euros hasta 2020. Esa aportación es parte del objetivo de Alemania de duplicar las ayudas a los países en desarrollo hasta los 4 mil millones anuales.
ONGs exigieron a los negociadores estar a la altura de las propuestas de los líderes mundiales. “Los líderes han hecho muy buenas propuestas, pero no veo que los negociadores estén haciéndoles caso”, dijo el responsable del Instituto Internacional para el Medioambiente y el Desarrollo, Saleemul Huq.
La organización alemana anticorrupción Transparencia Alemania, en tanto, reclamó que se establezcan estructuras claras para estas millonarias ayudas. “La corrupción amenaza la meta de la ONU de limitar el aumento de la temperatura terrestre a dos grados”, advirtió Edda Müller, presidenta de Transparencia Alemania.