La investigación sobre la corrupción en la petrolera Petrobras llegó ayer a las casas del jefe de la Cámara de Diputados, dos ministros y otros líderes del influyente Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que dirige el vicepresidente del país, Michel Temer.

Las residencias oficiales del jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, de los ministros de Ciencia y Tecnología, Celso Pancera, y de Turismo, Henrique Eduardo Alves, así como las del ex ministro y senador Edison Lobao, del diputado Aníbal Gomes y otras 10 personas vinculadas al PMDB fueron allanadas por la policía.

Los agentes también se dirigieron a la residencia del senador y ex ministro Fernando Bezerra, del Partido Socialista Brasileño (PSB), pero con estrecha relación con el PMDB, al que estuvo afiliado hasta hace unos pocos años.

Las operaciones fueron ordenadas por el magistrado Teori Zavascki a petición de la fiscalía, que investiga denuncias sobre la supuesta participación de políticos en la vasta red de corrupción que operó en Petrobras y que, según la propia compañía, se apropió en forma ilegal de unos 2 mil millones de dólares entre 2004 y 2014.

La policía realizó operaciones similares en la residencia particular de Cunha, en Río de Janeiro, y en sus oficinas en la Cámara de Diputados. Cunha, quien puede perder su escaño en un proceso que ayer mismo fue aceptado a trámite en ese órgano legislativo, sugirió que el foco que se puso en el PMDB pudo tener objetivos “políticos”.

Como jefe de la cámara baja, Cunha aceptó el inicio de un proceso con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y consideró “muy extraño” que la policía se haya centrado en el PMDB, cuando “todo el mundo sabe que el responsable del asalto a Petrobras y la corrupción” es el Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece la mandataria.

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