Hay veinte personas permanecen desaparecidas tras el derrumbe en una mina de Birmania (Myanmar) cuando buscaban jade, en la zona en la que el pasado mes de noviembre otra avalancha similar causó 114 muertos y sepultó decenas de cabañas.
La catástrofe sucedió este lunes en la excavación de Tun Tauk Zabu, en el área de Hpakant, ciudad del estado Kachín (noreste) situada a unos 650 kilómetros al norte de Naipyidó, la capital del país.
Las víctimas escarbaban en busca de jade en las montañas de desechos de la mina cuando se produjo el derrumbe, según los testigos citados por el diario local Myanmar Times.
Los equipos de rescate tienen dificultades para localizar a los desaparecidos porque temen nuevas avalanchas de tierra en la montaña de detritus.
El accidente del 21 de noviembre pasado sucedió también en la zona de Hpakant cuando una avalancha de tierra y desechos de al menos 80 metros cayó sobre unas 70 chozas donde vivían los trabajadores del yacimiento de jade.
Cuando las operaciones de búsqueda se suspendieron, los equipos de rescate habían encontrado 114 cadáveres y alrededor de 100 personas seguían dadas por desaparecidas.
La remota Hpakant se levanta en una zona montañosa donde proliferan las minas de jade.
Birmania es el mayor productor mundial de jadeíta, una codiciada variedad de jade, que extrae principalmente en las montañas de Kachin, estado donde el Ejército libra combates desde 2011 contra la guerrilla de la minoría kachin.
Global Witness denunció el mes pasado en un informe las situaciones precarias en las que trabajan los buscadores de jade en esos yacimientos que explotan, entre otros, señores de la guerra, narcotraficantes y generales de la antigua junta militar.
Según esta ONG, el comercio de esta industria valdría unos 31 mil millones de dólares (unos 27.800 millones de euros), la mitad del PIB birmano, y la mayor parte de las exportaciones va a China.
mcr