Pese a la retórica incendiaria y la etiqueta de fascista que le han restregado medios y líderes de opinión a Donald Trump, éste no sólo se ha mantenido, sino que ha aumentado su ventaja en las encuestas nacionales, lo que lo consolida como el más firme aspirante a la nominación del Partido Republicano.

Si nos atenemos a las encuestas difundidas ayer por The New York Times y la Universidad de Harvard, la popularidad de Trump parece incombustible. Según el diario, Trump se consolida con 35% del respaldo en la cúspide de las preferencias entre la base republicana, seguido de lejos por Ted Cruz, con 16%. El cirujano Ben Carson tiene 13%, Marco Rubio 9% y el resto de los candidatos entre 4% y 3%.

Según la encuesta, el carácter imbatible de Trump es un motivo de inquietud para las dos terceras partes del electorado estadounidense, que ven con preocupación el avance de un candidato que ha hecho de los insultos y los comentarios racistas su mejor estrategia para estar a la cabeza de las preferencias entre el electorado blanco y conservador estadounidense.

Según la encuesta, 24% externó su preocupación por el avance de Trump y 40% teme por las acciones que el magnate podría poner en marcha en caso de ganar las elecciones presidenciales de noviembre de 2016.

Según un estudio de The Washington Post, la campaña de ataques e insultos de Trump lo muestra como un “candidato disciplinado y metódico” a la hora de echar mano de todos los recursos mediáticos. Sus más de 5 millones de seguidores en Twitter y más de 650 mil en Instagram lo colocan a la cabeza de sus rivales con más de 6 mil tuits desde que arrancó su campaña, en junio pasado.

De sus ataques e insultos, que suponen más del 11% de sus mensajes, no se han salvado ni sus adversarios republicanos, ni su potencial rival a vencer en el campo demócrata, Hillary Clinton, ni los inmigrantes mexicanos, ni la comunidad hispana, la musulmana, la afroestadounidense y ni siquiera el presidente Barack Obama.

Otra encuesta realizada por la cadena NBC y el diario The Wall Street Journal indicó que 57% de los estadounidenses rechaza la propuesta de Trump de prohibir la entrada al país de los musulmanes. En medio de la controversia en este tema, Trump anunció el jueves que pospuso un viaje a Israel.

“El efecto Trump es ahora un fenómeno probablemente de largo plazo, lo que significa que, incluso si se queda en el camino de la lucha por la nominación, seguirá siendo un factor. Tal vez como independiente. Tal vez le hará la vida más difícil al eventual candidato del partido”, consideró Larry Sabato, de la Universidad de Virginia. Para el experto en demoscopia Nate Silver, “el miedo del liderazgo republicano” a criticar más abiertamente a Trump es un factor que ha permitido al magnate crecer en las encuestas y mantenerse como el más viable aspirante a la nominación presidencial.

Sin embargo, Silver advirtió que a pesar del impacto mediático de Trump, la mayoría en la base republicana aún no decide por quién votará en las primarias de 2016 y “sólo una quinta parte”, según sus propios cálculos, parece estar prestando atención al espectáculo que Trump ofrece todos los días a través de los medios de comunicación.

En el campo demócrata, Clinton lidera las encuestas con 52% de apoyos, seguida del senador independiente por Vermont, Bernie Sanders, con un 32% de respaldo.

Con el trasfondo de los comentarios de Trump contra los inmigrantes, una coalición de legisladores y activistas lanzó ayer una campaña nacional para naturalizar a un millón de latinos, la mayoría mexicanos, antes de las elecciones de 2016. El millonario cubano Mike Fernández, el mayor donante de la campaña del precandidato republicano a la Casa Blanca Jeb Bush, lanzó a su vez una campaña contra Trump, a quien considera un “narcisista” que debe ser contenido.

Con información de agencias

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