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Baile y canto, en toma de posesión de Macri

Presidente argentino advierte que combatirá corrupción. Promete gobernar con honestidad

Macri, baila mientras lo observan la vicepresidenta Gabriela Michetti (izq.) y la primera dama, Juliana Awada, en el balcón de la Casa Rosada, donde salió a saludar a los miles de simpatizantes que se congregaron para felicitarlo (VICTOR R. CAIVANO. AP)
11/12/2015 |01:50José Vales / Corresponsal |
Redacción El Universal
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El balcón histórico de la Casa Rosada desde donde Juan Perón arengaba a las masas, los dictadores desafiaban a Gran Bretaña en los albores de la guerra de Malvinas y más recientemente, la hoy ex mandataria Cristina Fernández viuda de Kirchner solía atacar a todo aquel que osara criticarla, fue ayer el escenario en el que un presidente, Mauricio Macri, bailó y una vicepresidenta, Gabriela Michetti, en silla de ruedas, cantó para la multitud.

No fue el único cambio. Una hora antes, Macri juró ante la Asamblea Legislativa desempeñar la presidencia con “lealtad y honestidad”, cambiando la frase de rigor —lealtad y patriotismo— y de inmediato convocó al diálogo y a la unidad nacional.

Así, Macri se convirtió en presidente tras una larga ceremonia, arropado por cientos de miles de personas volcadas a las calles para darle la bienvenida. Atrás quedaron los desplantes y los papelones del traspaso de poder —Cristina, como lo advirtió, no asistió al evento de toma de posesión—.

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Las actividades del mandatario comenzaron temprano, cuando voló a La Plata para participar en la asunción de la gobernadora María Eugenia Vidal; cerca del mediodía, ya en Buenos Aires, llegó junto con su esposa, Juliana Awada, y sus hijas al Congreso para prestar juramento.

“No soy de participar de estos eventos pero me dio tanta bronca todo lo que pasó, con la presidenta diciendo dónde tenía que hacerse la ceremonia, que no dudé en venir. Le deseo suerte a Mauricio, la necesitamos”, resumió Amelia Cruz, empleada bancaria de 35 años, entre la multitud de la Plaza de los Dos Congresos mientras seguía el evento a través de la pantalla gigante colocada frente al Palacio Legislativo.

Emocionado y sin perder la sonrisa, con diputados y senadores peronistas en sus bancas y adelantando que “este gobierno va a combatir la corrupción” y que será “implacable con aquellos que dejen de cumplir lo que nos dice la ley”, Macri expresó todo su apoyo “a la Justicia independiente. En mi gobierno no habrá jueces macristas”. Así fueron los primeros minutos del presidente.

Diferenciándose en todo lo posible de su antecesora y del poder que expiró en la noche anterior, Macri viajó en un auto híbrido rumbo a la casa de gobierno. A lo largo del trayecto, miles de personas lo ovacionaron desde las calles y los balcones, plagados de banderas argentinas. Ordenó parar la marcha —al mejor estilo del fallecido Néstor Kirch-
ner el día de su toma de posesión— para saludar a la multitud. Hubo bastón y banda que le colocó el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, ante la ausencia de Cristina.

Horas después de haber salido al balcón a responder el canto de la jornada: “¡Sí se pudo!”, y realizar el que ya se ha convertido en su tradicional baile de festejo, se dirigió a la Cancillería, donde saludó a las delegaciones extranjeras y presidentes que llegaron para acompañarlo. Allí, con Macri, estaban Rafael Correa, de Ecuador; Ollanta Humala, de Perú, y Evo Morales, de Bolivia (quienes el miércoles compartieron un partido de futbol), revelando que más allá del bolivarianismo está el pragmatismo. También estuvieron presentes la presidenta chilena Michelle Bachelet y el rey Juan Carlos de España, entre otros dignatarios.

Por parte de México acudió la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Claudia Ruiz Massieu, mientras que el presidente Enrique Peña Nieto deseó a Macri, vía Twitter, “éxito” en el “proyecto de unidad y progreso” que comienza en la nación sudamericana. “México y Argentina son naciones hermanas que deben avanzar juntas, en beneficio de sus sociedades”, afirmó el mandatario mexicano.

Mientras, la ciudadana Cristina Fernández, viuda de Kirchner, viajaba a Río Gallegos, donde su cuñada Alicia asumió la gobernación de Santa Cruz. La ex presidenta regaló imágenes de una argentina de a pie más, luego de 24 años de ostentar cuotas mayores o menores de poder.

“Estamos ante un desafío excitante después de años de enfrentamientos inútiles”, dijo Macri en su discurso, en el que ahondó en la necesidad de “construir la Argentina todos juntos”.

Para hoy, el presidente espera recibir, individualmente, a cada uno de los ex candidatos a la presidencia y mañana a los gobernadores de todas las provincias. De esa manera comenzará a articular consenso para las medidas que serán anunciadas el próximo lunes, cuando la cenizas de los festejos de ayer sean un recuerdo y los cambios que ya aparecieron, al menos en el baile y en la puesta en escena de la toma de posesión, comiencen a plasmarse, como lo aguarda más de la mitad de los argentinos.

Con información de EFE