Francia recibió ayer un importante espaldarazo en su “guerra” contra el Estado Islámico (EI) tras los atentados en París. Por un lado, Alemania anunció que mandará aviones de combate tipo Tornado para misiones de reconocimiento y un buque de guerra de apoyo con los que se suma a la lucha contra el Estado Islámico (EI) en Siria. Por el otro, el primer ministro británico David Cameron apeló a la seguridad nacional para pedir a los diputados que den luz verde a los bombardeos contra el EI en Siria a fin de “golpear el corazón” de esta organización terrorista.
El buque de guerra alemán contará con al menos un avión cisterna y un sistema de reconocimiento por satélite, informó el gobierno alemán tras la reunión de la canciller Angela Merkel y los ministros competentes donde se acordaron los detalles de la participación alemana, aunque por el momento descarta su intervención en combates. Merkel alegó que no se puede seguir mirando cómo se sigue fortaleciendo el EI, según informaron algunos participantes.
La ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, justificó la decisión del gobierno asegurando que se necesitan “medios militares para detener y vencer al EI”. Los planes del gobierno alemán deberán recibir aún el visto bueno del Parlamento. Las deliberaciones comenzarán la próxima semana. “No nos las arreglaremos en Siria sin una misión militar”, apuntó Von der Leyen sobre la lucha contra el EI, liderada actualmente por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y los Estados árabes. Berlín cumplió así su promesa de ayudar más a Francia tras los atentados vividos el 13 de noviembre en París, donde murieron al menos 130 personas.
La fragata alemana apoyará al portaaviones “Charles de Gaulle”, que los franceses enviaron al este del Mediterráneo. El avión cisterna podría proporcionar combustible no sólo a los Tornados del ejército alemán, sino también a los aviones de combate de la coalición internacional contra el EI para que puedan volar durante mucho más tiempo. En conjunto participarán entre cuatro y seis aviones tipo Tornado. Con el reconocimiento vía satélite se podría tratar también de registrar objetivos.
En Reino Unido, Cameron expuso una amplia estrategia, política y militar, para combatir la amenaza del EI tras los atentados de París, y sostuvo que su plan es “alcanzable” aunque requerirá “paciencia y perseverancia”. “Si no es ahora, ¿cuándo?”, preguntó Cameron a los diputados en la Cámara de los Comunes, después de remitir al Comité de Exteriores del Parlamento un plan de 36 páginas destinado a derrocar al grupo terrorista al tiempo que se trabaja para apoyar una transición política en Siria que acabe con la violencia civil.
El líder conservador busca convencer a los diputados para que respalden los bombardeos en Siria, aunque sólo pedirá la votación si está seguro de ganarla porque considera que una derrota será un “golpe de publicidad” para los seguidores del EI.
Cameron destacó que los ataques aéreos son parte de la “amplia estrategia” para la región, aunque descartó el envío de tropas. Sin embargo, el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, expresó su rechazo a lanzar ataques contra el EI porque ello, dijo, no protegerá a los británicos.
México, atento. El subsecretario mexicano de Relaciones Exteriores de la Cancillería, Carlos Alberto de Icaza González, dijo que aunque el país está muy lejos del conflicto en Siria y “no tenemos conocimiento ni indicio” de que se esté planeando aquí un ataque como el de París, “todos los mecanismos de alerta, los focos rojos están encendidos, las medidas de prevención, sobre todo en la frontera y los mecanismos de seguridad del Estado, deben estar como lo están: muy atentos a esta situación”.
A su vez, el vocero presidencial Eduardo Sánchez dijo tras difundirse la supuesta amenaza del EI a países que forman la coalición contra el terrorismo, incluyendo México, que esta nación es “de paz, como ya lo refirió el Presidente Enrique Peña Nieto, condenamos el terrorismo y cualquier otra expresión de violencia”.
Con información de Misael Zavala, Juan Arvizu, Alberto Morales y Natalia Gómez Quintero