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El cambio climático es uno de los mayores desafíos a nivel mundial al que debemos hacer frente de manera conjunta e inmediata. A tan sólo una semana de la XXI Conferencia de Naciones Unidas sobre el clima (COP 21) que se celebrará en París entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre, nos encontramos en un momento decisivo para alcanzar un nuevo acuerdo internacional. Se trata de un hito y los ciudadanos de todo el mundo esperan de sus dirigentes un compromiso inequívoco en la lucha contra el cambio climático.
Garantizar un nuevo acuerdo jurídicamente vinculante, ambicioso y justo es la máxima prioridad de la Unión Europea (UE) y estamos decididos a aunar esfuerzos con nuestros socios para que la Conferencia de París sea un éxito. A través de una estrategia muy ambiciosa, la UE se ha comprometido a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en un 40% para 2030 con relación a los niveles de 1990 y a reducir nuestras emisiones entre 80 y 95% en el horizonte 2050. Cabe destacar que desde 1990 la economía de la UE ha crecido en un 45% mientras que las emisiones de gas de efecto invernadero en nuestros países han bajado en un 19%. Cifras que demuestran claramente que el crecimiento económico no es incompatible con la reducción de emisiones.
De cara a París, ¿qué es lo que pretendemos alcanzar exactamente?
—Un objetivo a largo plazo que prevea cero emisión neta a escala mundial para 2100, con el fin de garantizar una tendencia de aumento máxima de 2°C.
—Un mecanismo de revisión cada cinco años del nivel de ambición en materia de reducción de emisiones de gas de efecto invernadero, sin posibilidad de disminuir el esfuerzo.
—Una señal clara en materia de financiamiento en aras de una mayor solidaridad en favor de los más vulnerables ante el cambio climático.
—La adaptación como elemento central de un acuerdo equilibrado, tomando en cuenta las situaciones y capacidades propias de cada uno.
México es un gran socio con miras a esta negociación. Fue uno de los primeros países en el mundo, y el primer país emergente, en anunciar su contribución para reducir las emisiones. Al día de hoy, 177 países han anunciado contribuciones nacionales, que cubren más del 90%de las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero. Estas contribuciones nacionales permiten cambiar la situación y nos alejan de lo peor.
Sin embargo, es necesario redoblar los esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático. Hasta ahora, la temperatura del planeta ha aumentado 0.7 grados Celsius en promedio global. Sin embargo, ya son evidentes los efectos de este relativamente moderado aumento. La magnitud, la frecuencia y la complejidad de los fenómenos meteorológicos se han acentuado.
El tema del financiamiento es central. Tenemos como objetivo alcanzar los 100 mil millones de dólares al año para el 2020. El Fondo Verde para el clima —cuyo objetivo consiste en financiar la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo— acaba de anunciar la aprobación de ocho proyectos, tres de ellos en América Latina. Actualmente, más de 30 proyectos están en fase de estudio.
La Unión Europea y sus Estados miembros apuestan firmemente por la movilización de medios financieros y contribuyeron en este esfuerzo con un total de 14 mil 500 millones de euros el año pasado. Así mismo, economías emergentes como México, con su iniciativa de la creación del Fondo verde hicieron importantes aportaciones. Renovamos nuestro llamado para que nuevos países se comprometan a contribuir financieramente para medidas de adaptación al cambio climático y de mitigación.
La lucha contra el cambio climático no atañe únicamente a los Estados que negociarán un acuerdo en París, nos atañe a todos, pertenezcamos al mundo empresarial, a la sociedad civil, al mundo académico o a los gobiernos locales. La promoción de acciones concretas, en todos los niveles, es el objetivo de la “agenda de soluciones” que se antepondrá en la COP21. Somos colectivamente responsables de lo que haremos —o de lo que no haremos— por el bienestar de nuestras próximas generaciones y el futuro de nuestro planeta. ¡No debemos cruzarnos de brazos, ni antes de la cita de París, ni después!
Embajador de la Unión Europea Andrew Standley y la Embajadora de Francia Maryse Bossiere, junto con los Embajadores de los Estados Miembros de la Unión Europea acreditados en México