La Policía belga detuvo ayer a 16 personas en los operativos antiterroristas en el país, en los que ha llevado a cabo un total de 19 registros, pero en ninguno de ellos ha conseguido detener al principal sospechoso vinculado a los atentados terroristas de París, Salah Abdeslam, confirmó la fiscalía federal en rueda de prensa.

Mientras centenares de efectivos patrullaban Bruselas por segundo día y las autoridades buscaban a uno o más extremistas, el gobierno belga decidió el domingo mantener a la capital en máximo estado de alerta antes del inicio de la semana laboral para impedir ataques similares a los ocurridos en París.

Al mencionar una amenaza “grave e inminente”, el primer ministro Charles Michel anunció la cancelación de clases para el lunes en las escuelas y universidades de Bruselas, en tanto que el Metro continuará cerrado, lo que impedirá el regreso a la normalidad en la ciudad sede de las principales instituciones de la Unión Europea.

“Tememos ataques como los sucedidos en París, con participación de varios individuos, quizá en distintos lugares”, dijo Michel después de que presidiera una reunión del Consejo de Seguridad Nacional de Bélgica.

Mientras Bruselas era mantenida en el más alto de los cuatro niveles de alerta, el resto del país permanecía en alerta categoría tres, lo que implica que un atentado es “posible y probable”.

“A nadie agrada esta situación. Tampoco a nosotros. Pero debemos asumir nuestra responsabilidad”, declaró Michel. Una serie de redadas de la policía en el centro de Bruselas culminó el domingo por la noche, de acuerdo con un funcionario que habló a condición del anonimato.

La situación se tornó tensa anoche en los alrededores de la área de la Grand Place; la policía vigiló la zona y realizó diversas operaciones. En un momento, las fuerzas de seguridad cerraron calles y gritaban a la gente que se retirara.

La OTAN, cuya sede se encuentra en Bruselas, permanecerá abierta hoy, pero parte del personal trabajará desde casa y se han cancelado visitas externas y de grupos de visitantes.

Canadá cerró su embajada en Bruselas debido a la amenaza terrorista hasta nuevo aviso, de acuerdo con medios locales. Informaron que el lugar sólo proporcionará servicios consulares de emergencia.

En tanto, la autoridad de hospitales públicos de París informó que varios trajes protectores, similares a los que utiliza la gente que contrae el virus del ébola, fueron robados de uno de los hospitales de la ciudad.

Tras el incidente en el hospital Necker, se emitió una denuncia formal el jueves, el mismo día que el primer ministro Manuel Valls dijo ante la Asamblea Nacional que “también existe el riesgo de armas químicas y bacteriológicas”, por parte de los atacantes.

La Policía de Francia difundió ayer la foto de uno de los tres atacantes que se hizo detonar delante del Stade de France y que aún no ha podido ser identificado. Por el momento sólo uno de esos tres atacantes fue identificado como un francés de 20 años que residía en Bélgica. Su nombre era Bilal Hadfi.

Los otros dos hombres fueron registrados el 3 de octubre al ingresar a Grecia, pero se desconoce su identidad.

La firme respuesta a los atentados en París han reportado al presidente de Francia, François Hollande, un repunte en las encuestas, en las que se situaba en sus niveles más bajos, según los resultados de un sondeo del instituto Ifop que se publicó ayer. De acuerdo con la muestra, 27% de los consultados se mostraron satisfechos con la gestión de Hollande, situándose siete puntos por encima de los resultados obtenidos en octubre.

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