Washington.— El nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Paul Ryan, confirmó que no trabajará junto al presidente Barack Obama por un reforma migratoria.

“Sería ridículo trabajar en un asunto como éste con un presidente en el que no confiamos en este asunto”, dijo Ryan en una entrevista con la CBS.

“Intentó ir por su cuenta, eludiendo el proceso legislativo con sus medidas ejecutivas, así que está descartado”, añadió Ryan al referirse a un posible trabajo conjunto sobre un asunto que ambos partidos consideran necesario, aunque discrepen en cómo abordarlo.

La esperada negativa de Ryan, líder de la mayoría republicana en la Cámara baja, hace que la reforma migratoria se aplace al menos hasta 2017, cuando quizás sea posible con un nuevo presidente.

La comunidad hispana mostró su disconformidad con la elección de Ryan, que había prometido a los miembros del Tea Party, el ala más radical de los republicanos, que si apoyaban su candidatura, no sometería a voto la reforma migratoria. En el pasado Ryan se había mostrado partidario de una nueva legislación sobre el asunto.

La reforma migratoria, aprobada con votos de republicanos y demócratas en el Senado en junio de 2013, murió el año pasado en la Cámara de Representantes ante la negativa de la mayoría republicana, que desde hace un año tienen el control de ambas cámaras, a someterla a votación. Ante la falta de reforma migratoria, Obama anunció en noviembre de 2014 unos decretos migratorios que impedían la deportación de cinco millones de indocumentados.

Boehner culpa a Obama. Ayer, el ex presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, culpó principalmente a Obama por el fracaso de la reforma migratoria en el Congreso, en una entrevista con la CNN.

“Desafortunadamente el presidente ha continuado envenenando el pozo, al punto que resultó imposible presentarla [la reforma migratoria] en el pleno de la Cámara de Representantes”, declaró.

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