Cuando la muerte acecha a manos del terrorismo internacional, particularmente bajo la mente criminal del Islamismo extremo, parece adquirir tonos con inspiraciones retorcidas. Durante los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001, la fecha fue un claro mensaje sobre lo improbable que puede ser una respuesta de seguridad ante una emergencia nacional en Estados Unidos. 911, como se sabe, es el número a marcar en cualquier parte de la Unión Americana para pedir auxilio o reportar algún incidente grave.
Esta vez fue Francia y en un viernes 13. Fecha de gran tradición relacionada con la mala suerte, los malos augurios y la muerte. Y justamente, la historia y tradición de esta fecha nació en Francia un viernes 13 de Octubre de 1307, cuando el Rey Felipe IV pide la captura de los Caballeros Templarios, bajo la anuencia del Papa Clemente V. Los Caballeros Templarios, la Orden religiosa-militar más poderosa de Europa en ese momento, fueron acusados ante la llamada Santa Inquisición de crímenes contra la cristiandad. La mayoría fueron condenados a morir en la hoguera, aunque algunos alcanzaron a escapar. Pero durante la detención de los Templarios, el enfrentamiento entre los Caballeros y los soldados fue tan intensa y sangrienta que los pobladores de donde sucedieron los hechos quedaron tan impactados, que la fecha y la sangre no pudo ser borrada y paso de generación en generación hasta convertirse en el día de la mala suerte para el mundo occidental.
Crímenes contra la cristiandad. Ese es el señalamiento que el Islamismo extremo se la pasa repitiendo en contra de todos sus enemigos; pero en su propia versión: crímenes contra el Islam. Hay que recordar que el cristianismo aglomera a católicos, protestantes, anglicanos, mormones, algunas prácticas del judaísmo y del islam también, adventistas, ortodoxa griega entre otras. Incluso, el Islam más extremo señala que Jesús vino a ensenar el Islam y no el cristianismo. De ahí, que todo seguidor de Jesús como Hijo de Dios y creyente de Cristo sea un enemigo natural y acérrimo del terrorismo islámico.
Observadores sugieren que las fechas relevantes en los países desarrollados de mayoría cristiana, eleven los sistemas de emergencia y protección civil y mejoren sus servicios de inteligencia. Esta vez fueron al menos 127 víctimas en Francia y más de 180 heridos; pero el Islam extremo seguirá en su guerra santa causando más dolor y más estupor en el mundo cristiano.