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El Papa Francisco confesó estar “dolorosamente golpeado” y seguir “con profunda preocupación” la escalada de violencia en Medio Oriente, que involucra a civiles inocentes y alimenta una crisis humanitaria de “enormes proporciones”.
Al abrir los trabajos de este día del Sínodo de los Obispos, una cumbre episcopal que reúne aquí a más de 270 clérigos de diversas partes del mundo, el Papa elevó una oración por el recrudecimiento de los conflictos en Siria, Irak, Jerusalén y Cisjordania.
"Estamos dolorosamente afectados y seguimos con gran preocupación lo que está sucediendo en Siria, en Irak, en Jerusalén y en Cisjordania, donde asistimos a una escalada de violencia que afecta a civiles inocentes y continúa alimentando una crisis humana de enormes proporciones" , afirmó Jorge Bergoglio, según informó la Santa Sede en un comunicado.
"La guerra -añadió- trae consigo destrucción y multiplica el sufrimiento de la población. Esperanza y progreso se consiguen solo con la elección de la paz. Unámonos, por tanto, en una intensa y esperanzadora oración al Señor, una plegaria que intente ser al mismo tiempo una expresión de cercanía" con los ciudadanos de la región.
En su discurso, el papa Francisco hizo también un "llamamiento a la comunidad internacional para que encuentre el modo de ayudar de manera efectiva" a estos países en crisis y pidió que haga uso de "los instrumentos del derecho internacional y de la diplomacia para resolver los conflictos en curso".
Por último, solicitó a los presentes que extiendan también su oración "a aquellas zonas de África que están pasando por situaciones similares de conflicto".
Advirtió que la guerra provoca destrucción y multiplica los sufrimientos de las poblaciones, mientras la esperanza y progreso provienen sólo de decisiones de paz.
“Unámonos, por lo tanto, en una intensa y confiada oración al señor, una oración que pretende ser el mismo tiempo expresión de cercanía a los hermanos patriarcas y obispos aquí presentes, que provienen de esas regiones, a sus sacerdotes y fieles, como también a todos aquellos que la habitan”, dijo.
Junto con todos los miembros del Sínodo, que sesionará hasta el próximo 25 de octubre y debatirá sobre los desafíos de la familia en el mundo actual, lanzó un “afligido llamado” a la comunidad internacional para que intervenga.
Pidió que se encuentre el modo de ayudar eficazmente a las partes interesadas, a ampliar los propios horizontes “más allá de los intereses inmediatos” y a usar los instrumentos del derecho internacional, de la diplomacia, para resolver los conflictos en curso.
“Deseo finalmente que extendamos nuestra oración también a aquellas zonas del continente africano que están viviendo similares situaciones de conflicto. Por todos interceda María, Reina de la paz y amorosa madre de sus hijos”, concluyó.
jlc