Autoridades carcelarias de Oklahoma utilizaron un fármaco equivocado para detener el corazón de un reo, durante una ejecución efectuada en enero pasado, de acuerdo con el reporte de la autopsia.

En la ejecución de Charles Frederick Warner, las autoridades usaron acetato de potasio, en vez de cloruro de potasio, como lo establece el protocolo para la aplicación de la inyección letal en esta entidad, informó este jueves en su página web el diario The Oklahoman.

La semana pasada, la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, ordenó a última hora suspender la ejecución de Richard Glossip, después de que los funcionarios de prisiones descubrieron que se había entregado acetato de potasio como componente para la inyección letal.

El procurador general de Oklahoma, Scott Pruitt, dispuso entonces suspender todas las ejecuciones pendientes en tanto se investiga la confusión.

El cloruro de potasio, que detiene el corazón, es el último de los tres fármacos que se suministra durante la inyección letal. Los otros dos son un sedante y un paralizante.

Los productos utilizados en la ejecución de Warner fueron enviados a la Oficina del Médico Forense de Oklahoma, que realizó una autopsia, la cual muestra una discrepancia.

Las jeringas usadas fueron etiquetadas como “120 mEq de Cloruro de Potasio”, pero la caja que contiene los frascos con el fármaco para llenar esas jeringas tenía escrito en la etiqueta “inyección de 20 ml de una sola dosis de Acetato de Potasio”.

Warner, quien fue sentenciado a muerte por violar y matar a una bebe de 11 meses de edad, dijo al recibir la inyección: “mi cuerpo está en llamas”, pero no mostró otros signos de angustia y fue declarado muerto 18 minutos después de que iniciara el procedimiento.

En un comunicado emitido este jueves, luego que el diario difundió el informe de la autopsia, la gobernadora Fallin dijo que un médico y un farmacéutico que trabajan para el Departamento de Correccionales le aseguraron que “los dos fármacos son médicamente intercambiables”.

Fallin señaló que ella estuvo consciente de que los dos fármacos pudieron haber sido intercambiados durante la ejecución de Warner, cuando decidió suspender la aplicación de la pena de muerte a Glossip, el 30 de septiembre pasado.

“Yo no estaba consciente de esta posibilidad, ni nadie de mi oficina lo estaba, hasta el día de la programada ejecución de Richard Glossip”, manifestó Fallin.

“La Oficina del Procurador General está llevando a cabo una investigación sobre la ejecución de Warner y estoy apoyando totalmente esa investigación”, indicó.

“Es imprescindible que el procurador general obtenga la información que necesita para asegurarse de que se haga justicia”, precisó la gobernadora en un comunicado.

Fallin apuntó que las ejecuciones continuarán suspendidas hasta que el estado tenga “plena confianza en el sistema” de aplicación de la inyección letal.

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