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Ciudad de Guatemala.— Al menos 30 muertos, 36 heridos y más de 600 desaparecidos dejó un deslizamiento de tierra registrado en una localidad a las afueras de la capital de Guatemala, afirmaron ayer las autoridades de socorro del país.
El desastre se registró a las 21:30 hora local del jueves en El Cambray II, a unos 22 kilómetros de la capital, donde anoche se suspendieron las labores de rescate ante el cansancio de los rescatistas, informó el secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Alejandro Maldonado.
Sergio Cabañas, comandante de incidentes de la Conred, cifró los muertos en 30. En todo caso, Maldonado afirmó que la cantidad probablemente será mayor y que el número de desaparecidos también es “una estimación”. Hasta anoche, 63 personas habían sido albergadas. Las viviendas afectadas oscilan entre 125 y 150.
Entre los fallecidos hay por lo menos tres menores, incluido un bebé de pocos meses, mientras que decenas de heridos fueron trasladados a los hospitales locales.
“Cuando llegamos [de trabajar] encontramos nuestra casa soterrada. Adentro estaba mi hijo Dany David González, de 17 años, que nos esperaba para cenar”, afirmó la lugareña Marta Odilia Guitz. “Mi esposo está ahorita allí con una pala sacando tierra para encontrar a nuestro hijo”, agregó.
El área damnificada, de unos 169 metros lineales, sufrió este desastre por una “combinación de factores”, como la interacción del río Platanitos, la erosión de la zona o algunos drenajes “ilegales”, detalló Maldonado. En el lugar trabajan 616 personas y se usan unos 43 vehículos.
El portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) de Guatemala, David de León, dijo que el derrumbe “se podría haber evitado” y lo achacó a una “responsabilidad compartida” de instituciones como la municipalidad, que no hace cumplir el Plan de Ordenamiento Territorial, y la propia población, que no atiende a las recomendaciones que alertan del riesgo que supone construir viviendas en barrancos o laderas.
En la comparecencia ante la prensa también participaron el presidente de Guatemala, Alejandro Maldonado, padre del secretario de la Conred; el ministro de Defensa, William Marsilla, y la coordinadora de las Naciones Unidas en Guatemala, Valerie Julliand, entre otras autoridades.
El mandatario guatemalteco, quien acudió en silla de ruedas tras la operación de rodilla que se le hizo hace unas semanas, tildó de “suceso desafortunado” este deslizamiento que se produjo a causa de las copiosas lluvias acaecidas en los últimos días.
El jefe del Estado tuvo conocimiento desde “muy temprano” de esta situación y pidió ayuda y cooperación ante “esta emergencia”. Además, agradeció la labor desarrollada por las autoridades y los voluntarios, que desde primera hora han trabajado “con mucho ahínco, con mucho esfuerzo”, para rescatar al mayor número de personas con vida, que es “la prioridad”. También agradeció las ofertas de apoyo de México y Naciones Unidas.
Cientos de guatemaltecos se volcaron a centros de acopio para donar alimentos, ropa y otros productos para los damnificados del deslave.
Agua potable, ropa, sopas instantáneas y leche forman parte de las casi 50 toneladas que se han recolectado, según voluntarios, y que son trasladadas en vehículos particulares hasta el municipio de Santa Catarina Pinula, al que pertenece la zona del desastre, donde las autoridades improvisaron una morgue.
Inicialmente la Conred declaró una alerta naranja institucional pero debido a la magnitud de la emergencia la elevó a roja a nivel municipal.
Julliand hizo pública “la disposición de ayudar” de las Naciones Unidas en todo lo que la Conred y el gobierno requieran.
En un comunicado, el gobierno mexicano, por medio de su embajada en Guatemala, expresó su solidaridad con las víctimas del deslave en Santa Catarina Pinula y ofreció su apoyo para asistir a los damnificados.
La embajada mexicana, que encabeza Mabel Gómez Oliver, manifestó sus condolencias a las familias afectadas por los deslaves.
Por su parte, la embajada de Cuba en Guatemala ofreció al país centroamericano el apoyo de la Misión Estatal.
Este es uno de los mayores desastres que se registra en Guatemala durante la época irregular de lluvias de este año, que empezó en mayo.