Ciudad de Guatemala.— Con la advertencia de que si falla será expulsado del poder, el pueblo guatemalteco le tomó ayer la palabra a Jimmy Morales Cabrera y lo convirtió anoche en el primer comediante que será presidente de Guatemala, en una nueva y aplastante derrota para los desprestigiados partidos políticos tradicionales de este país, al vencer en la segunda y definitiva ronda electoral a la ex primera dama Sandra Torres.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó anoche que contadas 13 mil 621 juntas receptoras de votos, equivalentes a 69.56% de las 19 mil 582 mesas en 2 mil 796 centros de votación y más de 7.5 millones de electores, Morales, del centro-derechista Frente de Convergencia Nacional (FCN), recibió 72.39% de los sufragios válidos [más de 1 millón 956 mil] y venció a Torres, de 60, divorciada del ex presidente Álvaro Colom (2008- 2012) y de la centro-izquierdista y ex gobernante Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), con 27.61%, para más de 746 mil votos. Para ganar se requería mayoría simple.
De 46 años, nacido el 19 de marzo de 1969 como James Ernesto —en 2011 se cambió a Jimmy— y casado con la guatemalteca Hilda Patricia Marroquín Argueta [tienen cuatro hijos], el famoso cómico de la televisión y del cine guatemalteco asumirá el 14 de enero de 2016 para una gestión de cuatro años, acompañado en la vicepresidencia por Jafet Cabrera Franco, ex rector de la estatal Universidad de San Carlos.
En un primer mensaje como presidente electo, Morales agradeció anoche “por este voto de confianza. Mi compromiso sigue siendo con Dios y con el pueblo de Guatemala y me esforzaré con todo mi corazón y todas mis fuerzas para no defraudarlos. Con ese voto que ustedes me hicieron presidente, recibí una orden y el mandato del pueblo de Guatemala es luchar contra la corrupción que nos ha carcomido. ¡Que Dios les bendiga y muchas gracias!”.
Sin proceder del viejo estrato de poder, Morales atrajo el masivo voto venganza contra la clase política y ganó ambas rondas [la primera el pasado 6 de septiembre] como inexperto en asuntos públicos. Con ofertas difusas contra la corrupción y la pobreza, Morales logró que el electorado se decantara a su favor y asumirá la presidencia bajo la vigilancia de un pueblo que este año mostró su hartazgo con la estructura dominante y tumbó a Otto Pérez Molina de la presidencia.
Tras protagonizar una oleada sin precedentes de multitudinarias protestas pacíficas callejeras de abril a agosto pasados al estallar diversos escándalos de corrupción política, los guatemaltecos arrinconaron a Pérez para obligarle a dimitir en septiembre y ser encarcelado como presunto jefe de una red criminal que asestó un millonario fraude aduanero.
“No nos vamos a dejar volver a ser gobernados como les ha dado la gana a los políticos”, alertó el guatemalteco Daniel Salazar, de 29, publicista y soltero. “Desde su primer día de gobierno nadie aceptará que actúe como los anteriores presidentes”, advirtió la guatemalteca Ana Méndez, de 37, estudiante de sicología.
A diferencia de la primera, con abstención de 29.7%, la menor en 30 años, se prevé un aumento del abstencionismo. Anoche se esperaba que Torres admitiera su derrota y felicitara a Morales.
Los comicios fueron la octava vez en que los guatemaltecos acuden a segunda ronda desde 1985 para elegir presidente. Morales será el décimo presidente desde 1986 con el paulatino retorno democrático tras 32 años de regímenes castrenses empotrados en 1954, en un país que vivió en una guerra de 1960 a 1996 que consolidó a las castas militares, políticas y económicas.