Con el regalo de su abrigo negro a su septuagenario hijo, Lee Suk-ju, de 98 años de edad, se despidió de su vástago y cerró la segunda ronda de reuniones de familias separadas por la Guerra de Corea del siglo pasado.

En respuesta, Dong-wook, de 70 años, pidió a su progenitor que llegue hasta los 128 años de edad, cuando él cumplirá un centenario de vida.

Fue una de las múltiples escenas de despedida que vivieron este lunes los miembros de 90 familias que la creación de Corea del Sur y Corea del Norte separó tras la guerra en la península entre 1950 y 1953.

Esta ronda fue precedida por los reencuentros de los miembros de otras 96 familias que se despidieron de nueva cuenta el pasado jueves en el centro turístico de Mount Kumgang, en Corea del Norte, lugar de estas reuniones.

Bae Sang-seok, de 60 años de edad y quien vive en suelo surcoreano, solo pidió al despedirse que las autoridades permitan el intercambio de cartas con su hermano mayor que vive al otro lado de la frontera.

Las dos rondas de reencuentro que terminaron este lunes fueron las primeras desde febrero de 2014, y siguen al acuerdo que Seúl y Pyongyang alcanzaron para disminuir la tensión en sus relaciones bilaterales, recordó la agencia Yonhap.

En Corea del Sur sobreviven 66 mil personas con familiares en Corea del Norte, de una lista original de 129 mil 700 personas, de las cuales prácticamente la mitad ha muerto.

lsm

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