El Vaticano aclaró que el saludo del Papa Francisco a Kim Davis, la funcionaria estadunidense arrestada cinco días por negarse a conceder licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, no significó un apoyo a su situación.
El portavoz de la Iglesia católica, Federico Lombardi, reconoció que el encuentro entre la señora y Francisco “continúa provocando una serie de discusiones y comentarios” y por eso aseguró que es necesaria una “comprensión objetiva de lo que ocurrió”.
Aclaró que, durante el viaje apostólico a la Unión Americana, en la nunciatura (embajada vaticana) de Washington el día 24 de septiembre, el pontífice encontró sucesivamente diversas decenas de personas invitadas para saludarlo en ocasión de su despedida antes de partir a Nueva York.
Insistió que esto “ocurre en todos los viajes del Papa” y que se trató de “saludos muy breves de cortesía” a los cuales el Papa se prestó “con su característica gentileza y disponibilidad”.
Precisó además que la única audiencia privada concedida por Jorge Mario Bergoglio en la nunciatura de Washington fue a un antiguo alumno suyo con la familia.
“El Papa no entró entonces en detalles de la situación de la señora Davis y su encuentro con ella no debe ser considerado como un apoyo a su posición en todos los detalles particulares y complejos”, estableció.
Davis, empleada de la oficina de licencias matrimoniales en el condado de Rowan, fue encarcelada durante cinco días el mes pasado por negarse a firmar con su nombre las actas de matrimonios entre personas del mismo sexo bajo el argumento de que quebrantan sus principios religiosos.
Su caso se convirtió en centro de una polémica nacional sobre si los funcionarios públicos tienen el derecho de violar la ley por razones de conciencia religiosa.
jlcg