El presidente de EU, Barack Obama, mostró hoy su frustración por las constantes muertes en tiroteos y aseguró que, sin el compromiso de los legisladores y otros cargos electos, no puede hacer nada para acabar con esas tragedias.

"Lo que puedo hacer es ver qué autoridad tenemos para que se cumplan las leyes que existen y evitar que las armas lleguen a criminales (...), pero esto no cambiará hasta que cambie la política y el comportamiento de cargos electos", aseguró Obama en una rueda de prensa en la Casa Blanca.

El mandatario hizo esos comentarios un día después de que un joven de 26 años matara a nueve personas e hiriera a otras siete en un tiroteo en un centro universitario en el estado de Oregón.

"Claro que quiero politizar este asunto, la inacción en este caso es una decisión política" , criticó el presidente, quien dijo que los legisladores no han conseguido aprobar ni las "modestas" reformas que propusieron tras la tragedia de Sandy Hook en diciembre de 2012.

Después de ese tiroteo, en el que un joven con problemas mentales asesinó a una veintena de niños, la Casa Blanca pidió leyes de mayor control de antecedentes y problemas mentales, al tiempo que se limitaran las ventas de cargadores de alta capacidad.

La oposición mayoritaria de legisladores republicanos y de algunos demócratas, así como las campañas de la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) , frustraron esas reformas.

Obama afirmó que los grupos de cabildeo a favor de leyes laxas para la tenencia de armas "alimentan el miedo" para que no se hagan cambios, por lo que confió en que aquellos que piden leyes más estrictas impulsen una movilización mayor.

El presidente ya denunció ayer que EU ha convertido "en una rutina" las masacres por violencia armada, e insistió en que "ningún país avanzado" asiste regularmente a episodios como el ocurrido en Oregón.

ahd

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