El presidente de Francia, François Hollande, aseguró hoy que la intervención aérea de su país en Siria se limita a la destrucción de los campos yihadistas de entrenamiento y no de "tal o cual categoría de terrorista" .

El jefe del Estado subrayó en una entrevista en la emisora "RTL" que la incursión francesa tiene como único objetivo esos campamentos donde hay gente que se entrena para actuar en Siria pero también para "poner bombas" en Francia.

Tras veinte días de reconocimiento aéreo del terreno, el Ejército francés dio comienzo a los primeros bombardeos el pasado 27 de septiembre bajo el argumento de que la organización yihadista Estado Islámico (EI) supone una amenaza directa para su seguridad nacional.

La segunda vez que su aviación bombardeó posiciones del EI en Siria se produjo en la noche del 8 de octubre, en concreto en los alrededores de Raqqa y de nuevo con aviones de caza franceses Rafale.

La polémica sobre esas incursiones se levantó esta semana, cuando "Le Monde" afirmó que la segunda operación fue organizada en gran parte contra el francés Salim Benghalem, de 35 años, y presentado por los servicios de inteligencia galos como el responsable de la acogida de franceses y francófonos en el seno del EI.

Fichado por la Justicia francesa, que le buscaba por sus actividades terroristas, su localización e identificación, según el vespertino, se debieron mucho a los servicios de inteligencia estadounidenses, que habrían transmitido sus datos al Ejército galo.

La zona atacada el 8 de octubre era un edificio en el que transitaban o residían los combatientes francófonos en Raqqa, que estaba rodeado por un terreno reducido y que según el diario era aparentemente insuficiente para albergar un campamento de entrenamiento y justificar la decisión de bombardearlo.

El caso crearía un precedente en el derecho francés, porque si Francia sabía a quién iba a atacar y se confirma la muerte de Benghalem, contra el que había un mandato de arresto internacional, este podría haber sido víctima, según afirman ONG como Human Rights Watch, de una suerte de "ejecución extrajudicial" .

El Ministerio de Defensa asegura a nivel oficial que no dispone de ningún elemento preciso sobre ese bombardeo, en referencia al número de muertos y a la identidad de las víctimas, y las autoridades mantienen que, como en la primera ocasión, se actuó en "legítima defensa" .


lsm

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