Washington.— Donald Trump hizo crecer su imperio inmobiliario a través de grandes contribuciones a campañas políticas y haciendo negocios con empresas de construcción y sindicatos manejados por la mafia, reveló ayer The Washington Post.
El rotativo difundió los resultados de una investigación de registros judiciales, así como de testimonios de Trump y otras personas sobre el ascenso empresarial del magnate. “Ningún candidato presidencial serio ha tenido el mismo nivel de profundidad documentada de negocios con entidades controladas por mafiosos”, concluyó el diario.
Entre las empresas controladas por mafiosos que tuvieron negocios con Trump, de 69 años y puntero en la carrera por la nominación presidencial republicana, figuran S&A Concrete, que proveyó materiales de construcción para la Trump Plaza en el East Side de Manhattan. Los dueños de S&A Concrete eran Anthony Fat Tony Salerno, jefe de la familia criminal genovesa, y Paul Castellano, jefe de la familia Gambino. Salerno terminó en prisión acusado de pandillerismo. Su abogado Roy Cohn era también amigo y abogado ocasional de Trump.
El rotativo explicó que en esa época, la mafia controlaba el “club del cemento” y expertos coincidieron en que Trump y otros desarrolladores tenían que adaptarse al ambiente prevaleciente en ese entonces.
En tanto, Trump desató el enojo de otro aspirante presidencial republicano, Jeb Bush, por insinuar que el hermano de éste, George W. Bush, fue en algún modo responsable de los atentados del 11-S, porque ocurrieron en su mandato. Es “patético”, respondió Jeb ayer. “Fuimos atacados y mi hermano nos mantuvo a salvo”, enfatizó. Notimex y EFE