Una treintena de israelíes fueron atacados en las últimas horas por palestinos cuando trataban de visitar sin la autorización requerida la Tumba de José en el distrito cisjordano de Nablus, informaron fuerzas de seguridad israelíes.

"El ejército israelí recibió informaciones de que varios vehículos entraron en Nablus para visitar la Tumba (quemada el viernes en un incendio provocado por jóvenes palestinos) y allí surgió un enfrentamiento con residentes palestinos", explicó a Efe una portavoz militar israelí.

La fuente precisó que el grupo pudo abandonar la zona gracias a la colaboración de la policía palestina.

La portavoz de la policía israelí Luba Samri señaló por su parte en un comunicado que el grupo estaba integrado por jóvenes estudiantes de un seminario rabínico de Jerusalén y que cinco de ellos resultaron heridos en el suceso y otros cinco fueron detenidos y puestos bajo disposición policial, entre ellos tres menores.

Los atacantes quemaron uno de los vehículos de la comitiva israelí.

La policía reiteró que está prohibida la entrada de israelíes en "zona A", donde la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene completo control administrativo y de seguridad, y que quienes lo hacen ponen en peligro su vida.

La zona está bajo control palestino pero se permiten oraciones judías cuando se coordinan con las autoridades responsables. El ejército dijo que la visita del domingo no era una de ellas y que los fieles no tenían permisos.

En la actual situación de violencia han muerto ya 7 israelíes y 42 palestinos, y cerca de la mitad de estos últimos han sido autores de ataques consumados o frustrados y de casos en los que las versiones son contradictorias.

En la madrugada del viernes un grupo de más de un centenar de palestinos prendió fuego a la Tumba del patriarca José (norte de Cisjordania), venerada desde hace siglos por cristianos, judíos y musulmanes.

El presidente palestino, Mahmud Abás, condenó el incidente y el secretario general de Nacional Unidas, Ban Ki-moon, dijo que los extremistas estaban intentando convertir el conflicto actual en uno de carácter religioso.

El ejército israelí se retiró del sitio en septiembre 2000 al principio de la segunda intifada y desde entonces quedó en manos de la ANP.

Israel, sin embargo, aún supervisa en coordinación la autoridad palestina el acceso de fieles judíos para rezar en el lugar del cenotafio donde se venera al bíblico patriarca mencionado en el Antiguo Testamento, unas visitas que muchos palestinos consideran una provocación.

En el último mes, ocho israelíes fallecieron en ataques palestinos, la mayoría de ellos apuñalamientos. En ese mismo periodo, 40 palestinos murieron por fuego israelí, incluyendo 19 considerados asaltantes por Israel. El resto perdió la vida en enfrentamientos con tropas de Tel Aviv.

Los ataques diarios han creado una sensación de pánico en todo Israel y avivaron los temores a una nueva oleada de violencia más grave en la región.

Israel ha tomado medidas sin precedentes para responder a estos incidentes. Desplegó soldados en las calles de las ciudades israelíes y levantó barreras de concreto a las afueras de algunos vecindarios árabes de Jerusalén este, de donde proceden la mayoría de los asaltantes. Cada vez más ciudadanos de a pie portan armas para protegerse.

Los palestinos dicen que los cortes de carreteras son un castigo colectivo y poco efectivo para disuadir a los atacantes, ya que aquellos con la intención de causar daños llegarán a las zonas judías empleando caminos de tierra.

La violencia estalló hace un mes con motivo del Año Nuevo judío, alimentada por los rumores de que Israel estaba conspirando para tomar el control del lugar sagrado más sensible de Jerusalén, conocido como Monte del Templo por los judíos y que acoge la mezquita Al-Aqsa, el tercer lugar sagrado para los musulmanes y un símbolo nacional clave para los palestinos.

Israel ha negado rotundamente las acusaciones, diciendo que no tiene intención de cambiar el statu quo del lugar, que los judíos pueden visitar pero donde no pueden rezar.

Acusa a los palestinos de incitar a la violencia con afirmaciones falsas. Los palestinos dicen que la violencia es el resultado de casi 50 años de ocupación israelí, más de dos décadas de esfuerzos de paz fracasados y de la falta de esperanza para obtener la independencia en el corto plazo.

mgg / jlc

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