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Montreal
La relación entre México y Canadá ha sido dañada por la imposición de la visa por el gobierno conservador del primer ministro Stephen Harper y si bien el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) impulsó los intercambios comerciales, faltan sinergias entre ambas naciones.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Clément Gignac, vicepresidente y economista de Industrielle Alliance Grupo Financiero, una empresa de seguros y servicios financieros de Canadá, habla de la situación política y económica de esa nación, que este lunes va a las urnas para elegir un nuevo gobierno.
Ministro de Desarrollo Económico, Innovación y Exportación y luego de Recursos Naturales y de la Fauna en el gobierno liberal de la provincia de Québec entre 2009 y 2012, Gignac comentó que México ha tomado ventaja sobre Canadá en el sector manufacturero y automotriz. La situación económica de Canadá, que entró en recesión en septiembre pasado, es uno de los principales desafíos del país porque la nación de la hoja del maple ha perdido competitividad en el mundo, lo que ha beneficiado a México.
¿Qué evaluación general hace usted de Canadá?
—Hasta antes de la convocatoria de las elecciones en agosto pasado, Canadá ocupaba un muy buen lugar en muchos puntos. Somos el país del G7 menos endeudado en cuanto a las finanzas públicas federales. Nos dirigimos hacia el equilibrio presupuestal, aunque esto está cuestionado actualmente... La prosperidad del país en los últimos 10 años se debe principalmente al buen desempeño de la provincia de Alberta y del sector energético con un precio de petróleo alto. Eso nos llevó a tener un nivel de vida más elevado.
Pero desde que la OPEP determinó dejar a los países productores de petróleo establecer el precio del petróleo, el modelo de negocios de Canadá está siendo presionado y eso hace que tengamos una recesión en el país. El sector energético no funciona bien, el dólar canadiense y la bolsa cayeron. La caída de los precios de las materias primas impactó a la economía canadiense.
¿Cuál es la situación política del país actualmente?
—Me doy un poco de reserva porque fui ministro liberal en un gobierno provincial y soy más un especialista en economía que un politólogo, pero los partidos de la oposición promueven el intervencionismo del Estado. El equilibrio presupuestal no es tanto una prioridad para ellos, pero sí lo es para el actual gobierno.
Hay grandes posibilidades de que el próximo gobierno sea minoritario y es muy difícil predecir quién va a estar en el poder.
¿Cuáles fueron los principales desafíos de la campaña electoral?
—A nivel económico, sin duda es el desarrollo de las arenas bituminosas, las exportaciones y tener acceso a los mercados internacionales para el petróleo, lo que quiere decir la construcción de oleoductos y la firma de acuerdos internacionales. El respeto del equilibrio presupuestal es un desafío para el partido en el poder. Es la continuidad económica que prevalece. El actual gobierno aboga por bajar los impuestos y por ser menos intervencionista, mientras que la oposición promueve una mayor intervención del Estado. Hay un juicio actualmente que implica al ex jefe de gabinete del primer ministro, está el tema del medio ambiente también, que viene a jugar un papel en las elecciones.
En México se habla poco de Canadá y los temas principales son la visa y la caza de focas. ¿Qué nos puede decir del país, ya que México y Canadá son socios económicos en el TLCAN?
—Tenemos la suerte, tanto Canadá como México, de tener un socio económico tan importante como es Estados Unidos, que es una locomotora. Canadá y México se complementan bien, pero lo nuevo ahora lo vemos en el sector automotriz, pues hay más construcciones de plantas automotrices en México que en Canadá.
México se volvió más competitivo y su mano de obra mejoró considerablemente. Su moneda bajó casi con la misma velocidad que la nuestra y eso hizo que México sea muy competitivo. Es nuevo que el sector manufacturero mexicano esté en plena expansión. Es interesante ver que Canadá pierde terreno en beneficio de México.
¿Qué puede decir de la política internacional de Canadá y la relación entre el premier canadiense y el presidente mexicano?
—Podría haber más sinergias entre ambos países. Tenemos mano de obra mexicana importante en Québec. Hay muchos turistas canadienses y quebequenses que van a México. En cuanto a gobernanza, lucha contra la corrupción y seguridad pública, Canadá tiene mucha experiencia que podría compartir con México.
¿Cómo evaluaría el tratamiento que se da en Canadá a los trabajadores extranjeros?
—Hay muchos sectores en que los canadienses no quieren ocupar los empleos, aun cuando la tasa de desempleo en ciertas regiones es alta, pero hay empleos bien remunerados en los sectores de la agricultura, de servicios y restaurantero.
¿Es una necesidad tener trabajadores inmigrantes?
—Los migrantes son una fuente de creación de riqueza para los países. Obviamente hay desafíos de integración de los migrantes, pero la integración de los mexicanos a la población canadiense no es un reto porque siempre se han integrado muy bien en el país.
Los mexicanos idealizan a Canadá por su naturaleza, su estabilidad, su desarrollo. ¿Es la buena imagen que se tiene de Canadá?
—El 80% de la población vive en la ciudad. Hay ciudades que son más atractivas que otras. Si trabaja en el sector agrícola o forestal, va a apreciar la naturaleza y la grandeza de Canadá. Pero una ciudad es una ciudad. Evidentemente no tenemos ciudades del tamaño de la de México, pero para un migrante su percepción de Canadá depende de la región donde vive.
Canadá parece estar libre de escándalos, de corrupción, de crimen organizado. ¿Qué puede decir al respecto?
—No diría que el país está totalmente libre, porque nosotros también tenemos nuestros desafíos, pero cuando veo nuestros retos y los que tiene México, si es que la cobertura mediática que se hace de México aquí representa la realidad, los desafíos son muy importantes en México. Creo que los policías deben ser muy bien remunerados por el trabajo que hacen porque ponen sus vidas en peligro y si les pagas bien, pues son más impermeables a la corrupción; es decir, que su mandato es la justicia y el orden y eso debe venir desde muy arriba.
Sin embargo, México no tiene el monopolio de la corrupción porque en todos los países existe, pero la corrupción tiene varios niveles.
En Québec se destaparon prácticas cuestionables en el sector de la construcción para obtener contratos, así como para el financiamiento municipal. Lo importante es que el poder judicial y la seguridad pública sean independientes, [con empleados] bien remunerados y bien capacitados.