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Ankara.— Turquía investiga al Estado Islámico (EI) por un doble atentado suicida con bombas en Ankara el sábado, que acabó con la vida de quizá más de 100 personas —95, según las cifras oficiales; 128, según la oposición—, mientras que contrarios al presidente Tayyip Erdogan lo culparon por el peor atentado en la historia de ese país.
Funcionarios del gobierno dijeron que pese a la alarma por el ataque durante una manifestación de activistas prokurdos y grupos civiles, no se pospondrán las elecciones del 1 de noviembre en las que Erdogan espera poder restaurar una mayoría general para el partido AK, fundado por él.
El domingo, miles de personas se reunieron en el lugar del ataque afuera de la principal estación ferroviaria de Ankara, muchos de ellos acusando a Erdogan de estimular sentimientos nacionalistas en su campaña militar contra militantes kurdos, acusación que el gobierno rechaza.
“¡Erdogan, asesino!”, “¡policía, asesina!”, gritó la multitud en la plaza Sihhiye, mientras que policías antimotines apoyados por carros lanza-agua bloquearon la calle principal que conduce a los edificios donde está localizado el Parlamento y el Gobierno.
Los ataques remecieron a un país asolado por el resurgimiento del conflicto con militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán y cada vez más amenazado por la propagación de la guerra de la vecina Siria, donde la semana pasada Rusia lanzó una campaña de ataques aéreos y sus aviones violaron el espacio aéreo turco.
Analistas y fuentes de seguridad destacaron que el atentado en Ankara fue muy similar al de julio en Suruc, cerca de la frontera con Siria, atribuido a los islamistas radicales. En ese ataque murieron 33 activistas de la izquierda prokurda, luego de que un joven turco, que había pasado por los campos de entrenamiento del EI en Siria, se inmoló con una carga de TNT reforzada con bolas de acero para aumentar el efecto mortífero, igual que en Ankara, donde dos hombres se inmolaron. Pero el EI no se ha atribuido el atentado. En tanto, la policía turca detuvo ayer a 43 sospechosos.
La tragedia no ha calmado el conflicto con la guerrilla kurda, el PKK, si bien el sábado la cúpula de la organización ofreció suspender toda actividad armada para no interferir en las elecciones. Pero ayer, dos gendarmes murieron en un tiroteo con el PKK en Erzurum, en una operación antiterrorista. En tanto, la aviación turca bombardeó ayer las posiciones del PKK en el norte de Irak.
MITKA condena hechos. Los Ministros de Exteriores de México, Indonesia, la República de Corea y Australia (MIKTA) condenaron la pérdida de vidas inocentes en los ataques terroristas con bombas que tuvieron lugar en la capital de su socio y miembro de MIKTA, Turquía.
Dijeron que el terrorismo es uno de los mayores retos de nuestro tiempo y “estamos solidariamente con el pueblo de Turquía conforme enfrentamos esta amenaza común que no conoce fronteras, no respeta creencia alguna y no respeta los derechos humanos”. El Papa también expresó sus condolencias y pidió rezar por las víctimas.