Hoy lunes una mujer siria ha llegado a la isla española de Gran Canaria en patera, una pequeña embarcación de madera en la que los inmigrantes intentan alcanzar las costas españolas. Pero lo terrible de la noticia es que viajaba en una silla de ruedas porque acababa de ser operada del fémur y no podía caminar. Al llegar a tierra tenía el vendaje que le habían puesto completamente mojado y la herida abierta. Cuando le dijeron que estaba en Europa rompió a llorar. Luego contó que habían salido 15 personas pero que varias habían muerto ahogadas por el camino.

Ella viajaba junto a sus tres hijos pequeños. ¿Cómo de desesperada tenía que estar para huir de Siria en una silla de ruedas junto a sus tres hijos pequeños poniendo en riesgo su vida y la de toda su familia? Como Sarah, que así es como se llama la mujer, cada día abandonan Siria miles de personas desde que hace cinco años comenzó la guerra. Hasta el momento ya son más de 220 mil las personas que han perdido la vida y más de 3 millones los refugiados que buscan un futuro en el viejo continente.


Y mientras miles de sirios huyen de un conflicto que parece no acabar nunca, hoy lunes representantes de la Unión Europea (UE) vuelven a reunirse por enésima vez para aprobar un documento que incluya medidas urgentes para poner en marcha en Siria. En esta ocasión son los ministros de Asuntos Exteriores los que están en Luxemburgo para analizar la situación tras la intervención militar de Rusia en apoyo del presidente Bashar al Assad. Algo que ha agravado mucho la situación.

Ahora no se trata de acordar cómo hacer el reparto de los miles de refugiados que están llegando al viejo continente, ni qué país se queda con más y qué país con menos. No. Ahora hay que decidir qué hacer con el presidente sirio, Bashar al Assad y qué hacer con el presidente ruso, Vladimir Putin, dos temas en los que los 28 países que conforman la UE no se ponen de acuerdo.


Mientras por un lado hay quienes creen que Bashar al Assad debe abandonar el poder y no se sentarse en la mesa de negociación, como dice Francia; otros opinan que el presidente sirio sí debe participar en el proceso de transición pero luego abandonar el poder, como el Reino Unido; y otros consideran que es legítimo negociar con al Assad hasta el final del proceso, como España, quien incluso quiere sentar también en la mesa de negociación a Rusia, Irán, Turquía, Arabia Saudí e incluso a China.


Tampoco hay acuerdo con la relación que se debe mantener con Vladimir Putin después de que haya ordenado bombardear Siria en apoyo a Al Assad, un hecho que ha complicado mucho el ya de por sí difícil proceso de negociación. Según datos de la Inteligencia europea, el 75 por ciento de los ataques rusos en Siria han sido contra la oposición al régimen de Al Assad y sólo el 25 por ciento contra los terroristas del Estado Islámico.


Por lo pronto la UE ha pedido muy diplomáticamente a Rusia que dirija sus ataques contra el Estado Islámico y no contra la oposición al régimen de Al Assad ni contra la población civil, como ha denunciado Estados Unidos y la OTAN. Pero hay algunos países como Francia que exigen más y piden que la UE de un paso firme y condene los ataques aéreos rusos en Siria y exija a Putin que ordene su cese. Habrá que ver si finalmente la UE se atreve a “enfrentarse” al “temido” Putin y si Putin obedece.

cg

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