Washington.— Tras una feroz batalla, el presidente estadounidense Barack Obama consiguió ayer sumar los votos que le permitirán frustrar cualquier resolución o intento por obstaculizar desde el Senado el debate sobre el acuerdo nuclear con Irán, sin necesidad de echar mano de su veto presidencial.

La victoria de Obama se produjo luego de que los senadores demócratas Ron Wyden, Gary Peters, Richard Blumenthal y Maria Cantwell confirmaron su voto a favor del acuerdo para garantizar así la minoría de bloqueo contra cualquier resolución en contra. Así, Obama suma 42 votos.

Los republicanos en el Senado necesitarían 60 votos para que una resolución de rechazo al acuerdo llegue a voto. El gobierno necesitaba 41 votos para garantizar que cualquier medida contra el pacto será bloqueada y no llegará a una votación final.

“Creo que esta es la opción más viable y realista para evitar un Irán con armamento nuclear”, aseguró Blumenthal, senador por Connecticut, poniendo fin así a un largo proceso de reflexión y sumándose a favor del pulso que mantiene Obama contra el poderoso lobby judío y sus aliados en el seno del Partido Republicano.

“Yo espero que esta y las futuras administraciones hagan todo lo posible para que se cumpla de forma eficaz y vigorosa”, aseguró a su vez Wyden, senador por Oregon.

Aun así, el líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnel, dijo que los legisladores de su partido están decididos a dar un amplio debate, a partir de hoy, sobre el acuerdo nuclear. Ambas cámaras del Congreso tienen hasta el 17 de septiembre para aprobarlo o desaprobarlo.

La agónica victoria de Obama se ha producido en medio de una movilización sin precedentes del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, contra el acuerdo. El premier se ha empleado a fondo para presionar a todos los miembros del Congreso, incluyendo el senador por Maryland y el demócrata de mayor rango en el Comité de Asuntos Exteriores, Ben Cardin, quien el viernes pasado confirmó, tras una serie de manifestaciones frente a su domicilio, su intención de no respaldar el pacto con Irán.

Nada más trascender que se habían conseguido los 41 votos, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, consideró “gratificante” que el apoyo de la mayoría de los ciudadanos al acuerdo con Irán se haya extendido hacia el Senado. Actualmente, 55% de los estadounidenses se manifiestan a favor de este acuerdo, según la más reciente encuesta de la Universidad de Maryland.

Sin embargo, otra encuesta del Pew Research Center, difundida ayer, indica que 49% de los estadounidenses se opone al pacto y sólo 21% lo respalda.

El Congreso estadounidense volvió ayer al trabajo tras el receso de verano y de inmediato el acuerdo nuclear con Irán logrado en julio entre las potencias del G5 + 1 (Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China y Francia, más Alemania) con Teherán se volvió el protagonista. Decenas de rabinos confirmaron ya sus planes para trasladarse a Washington y protestar en las inmediaciones del Capitolio contra el pacto. “Este acuerdo sólo fortalece a Irán y pone en riesgo a Israel. No lo vamos a permitir”, declaró ayer desafiante Nathan Diament, director ejecutivo de la Unión Ortodoxa que se encuentra al frente de esta movilización.

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