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Las cinco familias sirias refugiadas en Uruguay desde octubre de 2014 acamparon hoy frente al edificio del Gobierno del país suramericano en Montevideo para que se les facilite la salida del Estado, principalmente hacia Líbano, dado que estiman que las ayudas que reciben no les aseguran un futuro digno.
Los 42 refugiados, en su mayoría niños, solicitan que se les facilite el dinero del pasaje para trasladarse a otro país donde puedan tener más oportunidades, así como un pasaporte que les permita una mayor movilidad que el "documento de identidad y viaje" que les concedió el Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo.
Maher Adis, uno de los padres de familia, señaló que quieren trasladarse a un lugar donde puedan asegurar las vidas de los suyos y valoró que en Líbano, donde fueron acogidos en un campamento antes de venir a Suramérica, el precio de la vida era "mucho más barato" y consideró que allí tendrían un futuro mejor.
La inflación en Uruguay en los últimos doce meses llegó hasta el 9.4 % y el precio de una canasta básica es de 3 mil 899 pesos, unos 134 dólares.
Además, consideran que las promesas que les hicieron en la Embajada de Uruguay en Líbano no se han cumplido y que las ayudas económicas que reciben no les permiten vivir dignamente en Uruguay.
"Lo que les dijeron en la Embajada de Uruguay en Líbano es que aquí iban a ganar mil 500 dólares. No era verdad y les dijeron que les habían traducido mal", dijo Ali Ahmad, traductor e interlocutor de los refugiados con la prensa.
Las cinco familias, que reciben dos tipos de subvenciones por parte del Gobierno desde su llegada, reclaman la extensión de estas ayudas, dado que no han conseguido insertarse en el mercado laboral del país y debido a la incertidumbre sobre su futuro una vez que se corte esa financiación.
Se preguntan qué oportunidades de trabajo pueden tener en Uruguay, ya que consideran que no existen opciones laborales que les permitan ganar dinero suficiente para sostener a toda su familia.
Acerca de este asunto, el titular de la Secretaría de Derechos Humanos, Javier Miranda, indicó a Efe que el Estado calculó las ayudas en función del número de integrantes de las familias y de unos parámetros calculados para que pudieran sostenerse dignamente.
"Se calculó sobre dos partidas; un fondo fijo que reciben durante dos años mensualmente y una segunda partida que es por un año que cubre algunos aspectos como el transporte, las comunicaciones, vestimenta o consumos del hogar que ellos gastan en el mes y que justifican el gasto con las facturas", explicó Miranda.
En cuanto a los problemas para abandonar el país, además del dinero para los billetes, los refugiados dicen que se deben al "documento de identidad y viaje", dado que, en ocasiones, los Estados a los que pretenden salir no lo aceptan.
En este sentido, la Secretaría de Derechos Humanos de Uruguay señaló en un comunicado que una de las familias intentó viajar a Serbia pero fue retenida durante 23 días en el aeropuerto internacional Ataturk (Turquía) por no contar con las visas necesarias y que por ello fue deportada al país suramericano.
"Esta situación despertó en el resto de las familias preocupación sobre su posibilidad de viajar al exterior si así lo desean hacer", indica el texto.
Miranda dijo a Efe que ese documento, del que aseveró que se ajusta al marco de reasentamiento de refugiados de la ONU, les permite salir del país pero que depende de "terceros Estados el aceptar el ingreso o no".
El malestar entre las familias lo puso de manifiesto Adis, quien señaló que incluso estarían dispuestos a volver a Siria, país del cual están huyendo miles de personas que escapan de la guerra y que buscan una vida mejor en Europa, lo cual ha provocado que la Unión Europea haya puesto sobre la mesa la distribución de los refugiados entre sus países miembros.
Los refugiados en Uruguay solicitaron hablar con el presidente Vázquez en persona pero en su lugar serán recibidos por el secretario de Presidencia en el edificio del Gobierno, confirmó a Efe el interlocutor de las familias.
La intención de los sirios es acampar frente a la sede del Gobierno hasta que se resuelva su situación.
En mayo pasado, el ministro uruguayo de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, reconoció que en torno a la acogida de los 42 sirios y también de los seis expresos de Guantánamo que llegaron el pasado diciembre hubo "falta de previsión".
Es por ello que la llegada de otras siete familias sirias -72 personas- que estaba prevista para febrero de este año, ha sido postergada previsiblemente para finales de 2015 por decisión del Gobierno de Tabaré Vázquez, que asumió la Presidencia el pasado marzo.
mvl