Ciudad del Vaticano.— El Vaticano albergará a dos familias de refugiados que están “huyendo de la muerte” causada por la guerra o el hambre, anunció ayer el papa Francisco, quien además exhortó a las parroquias, conventos y monasterios católicos de toda Europa a hacer lo mismo.
Francisco citó a la Madre Teresa —la monja de origen europeo que se preocupaba por los más pobres en India— al hacer su apelación durante palabras pronunciadas ante miles de peregrinos y turistas en la Plaza de San Pedro.
“Frente a la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y por el hambre, y quienes recorren un camino hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos llama a ser hospitalarios con los más pequeños y los más abandonados, a darles esperanza concreta”, dijo Francisco.
“Cada parroquia, comunidad religiosa, monasterio y santuario en Europa acogerá una familia, empezando por mi diócesis de Roma”, dijo Francisco. También pidió a los obispos en toda Europa que sus sedes reciban su llamado a “expresar el Evangelio en términos concretos y hospeden a una familia de refugiados”.
El Vaticano es una pequeña ciudad Estado y algunos de sus ciudadanos, incluyendo familias con niños, viven en apartamentos dentro de una zona cercada por murallas antiguas. Un portavoz del Vaticano, el padre Ciro Benedettini, dijo que el Vaticano está en proceso de decidir a qué familias alojará.
Miles de migrantes y refugiados, sobre todo de Medio Oriente, muchos huyendo de la guerra y la persecución, llegaron a Alemania y Austria durante el fin de semana.
El Pontífice también afirmó que nadie puede ser indiferente ante quienes sufren la violencia, que sucede tanto en las guerras como cuando se alzan “muros para frenar a quien busca un lugar de paz”. “Nadie puede usar el nombre de Dios para cometer violencia”, subrayó Jorge Bergoglio.