Más Información
Ken Salazar resalta colaboración de México-EU contra cambio climático; refuerza el liderazgo de América del Norte en la lucha
Erradicación de la violencia de género, prioridad de Olga Sánchez Cordero; aboga por la igualdad desde la infancia en congreso 50+1
Jueces y magistrados acusan registros “inflados” en inscripción a elección judicial; exigen transparentar listas de aspirantes
Diputada del PAN plantea reforma para ampliar servicios de atención infantil; va por estrategia enfocada en Primera Infancia
Mauricio Kuri garantiza seguridad tras ataque a bar Los Cantaritos; niega que conflicto de otros estados se traslade a Querétaro
Mixco, Guatemala.— Empujados por la esperanza de cambio, los guatemaltecos pasaron de las calles a las urnas.
De las masivas protestas populares y pacíficas que protagonizaron desde mediados de abril anterior contra la profunda corrupción política, y con las que presionaron para lograr hace unos días la renuncia del ahora encarcelado ex presidente Otto Pérez Molina, saltaron ayer a los centros de votación para asistir a unos comicios generales que se desarrollaron en paz, sin incidentes graves y con una multitudinaria afluencia de los que surgirán las nuevas autoridades gubernamentales, legislativas y municipales.
“Los guatemaltecos ya despertamos. Hay una nueva generación empoderada. Ahora hay esperanza y el que gane debe tener mucho miedo de lo que le puede pasar si no hace las cosas correctamente”, destacó Andrea Fuentes Sánchez, de 22 años y estudiante de administración hotelera, momentos antes de votar en el Instituto Experimental Simón Bolívar de Mixco.
“Quizás no tenemos las mejores opciones para escoger, pero todavía hay esperanza porque todos los candidatos ya se dieron cuenta de que, a diferencia de otras épocas, ahora no nos vamos a quedar callados”, agregó.
Gustavo Hernández García, de 47 años e informático, describió en el mismo instituto que “luego de la avalancha política de los últimos días, votamos con la esperanza de que se haya establecido un precedente que quede como experiencia: la corrupción debe acabar”.
Al reconocer que aunque las ofertas partidistas “son las mismas de siempre y, salvo dos o tres, todas son repetitivas”, aseguró que nadie podrá seguir con prácticas corruptas, porque el pueblo lo impedirá.
Como directora de escuela infantil, Ingrid Cristales López, de 40, aseveró que “la única esperanza es que de verdad haya cambio, pero la realidad es que son los mismos de siempre y sólo hay unos poquitos con nuevas ofertas políticas”. Lejos de allí, Ana Villanueva Castillo, estudiante de sicología, dijo, tras sufragar en el Club Los Arcos de la estatal Universidad de San Carlos, que “estamos asustados, pero empoderados: es una oportunidad de cambio”.
“Acudir a votar es expresar la esperanza cívica de que de verdad haya un cambio en seguridad, salud y educación”, afirmó, por su parte, Miguel Rodríguez Roblero, estudiante de ingeniería industrial. En el Colegio Valle Verde, en el lujoso sector de Vista Hermosa, en las afueras de la capital, el abogado Mario Morales Guzmán explicó que las elecciones “son como un desahogo luego de los días de agitación y me parece excelente que se hayan realizado tan cerca en el tiempo de la lucha contra la ola de la corrupción. Y sí, son los mismos de siempre, por eso votamos por el menos malo”.