La ONU dijo que las necesidades de reubicación para los refugiados que llegan a Europa se elevan hasta las 200 mil plazas y que el fracaso del continente en dar una respuesta común a esta crisis únicamente ha beneficiado a las redes de traficantes de personas.

"Una estimación muy preliminar indica que potencialmente se necesitará aumentar las plazas de reubicación hasta las 200 mil", dijo el alto comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres.

En la línea de la posición común que ayer anunciaron Francia y Alemania, el alto responsable indicó que todos los países de la Unión Europea deben tener "una participación obligatoria" en el programa masivo de reubicación, del que deben beneficiarse todos aquellos que necesitan protección internacional.

"La solidaridad no puede ser sólo la responsabilidad de algunos pocos miembros de la UE", comentó Guterres.

Alemania y Francia finalizan una propuesta común que presentarán en los próximos días a las instancias europeas para la instauración de un sistema de cuotas de acogida de refugiados en el que participen de forma obligatoria todos los países del bloque.

Los países más afectados por la crisis migratoria son, por una parte, Italia y Grecia, que actúan como puertas de entrada de la UE tras el cruce del Mediterráneo, y Alemania, Austria y Suecia, los principales países de destino de los refugiados.

A ese respeto, Guterres recalcó que "ningún país puede negarse a hacer su parte" y consideró que los desacuerdos en el seno de la UE frente a esta crisis eran de esperar.

Refugiados pasan la noche en tren en Hungría

Unos 500 refugiados, que se oponen a ir al campamento de acogida de la ciudad húngara de Bicske, a 40 kilómetros al oeste de Budapest, pasaron la noche en un tren en la estación de esa localidad, informó hoy el portal hvg.

El tren que salió ayer de la estación Keleti de Budapest con destino a la ciudad de Sopron, junto a la frontera con Austria, fue retenido por los policías que querían llevar a los refugiados al campamento, pero la mayoría decidió no alejarse del convoy, asegurando que quieren llegar al país vecino.

La policía informó de que los refugiados ofrecen "resistencia pasiva" al negarse a descender del tren.

Un hombre ayer se tiró a las vías junto a su mujer, que gritaba pidiendo ayuda, y su bebé, y tras un forcejeo con un grupo de agentes fue esposado y separado de su familia.

En reacción, otros refugiados que habían abandonado el convoy se opusieron a los agentes y lograron volver a subir al tren, del que se niegan ahora a descender por el temor, además, a que les tomen las huellas dactilares, lo que puede dificultar que les concedan asilo en estados del norte de Europa.

Ayer, después de varios días de impedirlo, la policía dejó entrar en la estación Keleti de Budapes a los varios centenares de refugiados que acampan allí desde hace semanas para poder seguir rumbo hacia el oeste de Europa.

jlc

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