"Faltan los demás que se vayan a la cárcel", festejan los balseros que trabajan en el río Suchiate, al referirse a la renuncia del presidente Otto Pérez Molina, esta madrugada.
Los guatemaltecos amanecieron con la noticia de la caída de Pérez Molina y la festejan con bromas y reflexiones, pero la exigencia es que continúen las investigaciones para llevar a prisión a todos los integrantes de La Línea, como se le conoce a la organización que presuntamente corrompió al sistema aduanero.
Esta mañana los vendedores de periódico que llegaron a este lado de río, en cuestión de minutos terminaron los diarios que consumieron los lugareños de inmediato.
Una mujer de Puerto de Champerico, que asegura no quiere dar su nombre a los medios, parece ser la única preocupada por la caída de Pérez Molina.
"Yo quería a mi presidente", asegura la mujer sentada en la balsa que la llevará al "otro lado", por un pago de 10 quetzales (20 pesos) y le da un beso a la foto de Pérez Molina que aparece en el periódico que tiene en sus manos.
Los habitantes de este lugar siguen de cerca la transmisión en la televisión local, para ver la comparecencia de Pérez Molina ante los tribunales.
Uno de tres traileros que desayunan en un comedor a la orilla del Suchiate dice: "Que bueno que renunció ese señor (Pérez Molina) porque de lo contrario el domingo la gente no iba ir a las urnas" y todo iba a terminar en "disturbios y enfrentamientos".
El domingo, dice otro de los choferes, habrá "mucho voto nulo, porque la gente está muy molesta", principalmente con el partido Líder, que fue multado por 240 mil dólares, por hacer campaña anticipada.
Y un tercero cree que las protestas del pasado fin de semana, como fueron los bloqueos carreteros en todo el país, "aligeraron" la caída del presidente, acción a la que sumaron "también los empresarios con el cierre de sus negocios".
La actividad continua pujante en esta frontera y los guatemaltecos siguen festinando la caída de Pérez Molina.
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