La Iglesia católica de Brasil apartó hoy de sus funciones a un sacerdote que dejó embarazada a una joven de 16 años que era acólita en la parroquia donde oficiaba misa en la ciudad de Campo Grande, capital del estado de Mato Grosso do Sul (suroeste).
El religioso, Jocerlei José Tavares, de 41 años, se ha comprometido a presentarse a la Policía y a prestar asistencia a la joven y al bebé, según un comunicado de la Archidiócesis de Campo Grande.
La joven declaró que las relaciones "no fueron forzosas", aunque la Policía investigará si el cura cometió algún delito, según dijo a Efe el comisario Paulo Sérgio Lauretto.
En Brasil las relaciones sexuales con menores de 14 años se consideran "violación de vulnerable" y el delito de pederastia tiene como límite los 12 años de edad, según el comisario.
La policía descubrió el caso el pasado viernes, en una visita de rutina a un centro médico donde acudió a tratarse la joven embarazada.
Con la intención de ocultar a su madre la identidad del padre de su futuro hijo, la joven afirmó que había sido violada por un desconocido, pero los médicos constataron que eso era mentira.
Entonces, interrogada por los policías, la joven reveló que mantenía relaciones sexuales desde hace meses con el sacerdote de la parroquia Santa Rita de Casia, de Campo Grande, donde ella era acólita.
La Archidiócesis afirmó que sólo se enteró de los hechos "en los últimos días" y procedió a apartar de sus funciones a Tavares, que es vicario de la parroquia y miembro de la congregación de los Padres y Hermanos Palotinos.
Esa congregación está tomando las "medidas oportunas desde el punto de vista canónico", afirmó la Archidiócesis, sin precisar la naturaleza de las mismas.
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