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Nueva York.— El papa Francisco se unió ayer a representantes de otras religiones en una “oración por la paz” pronunciada en la zona cero en homenaje a las víctimas de los atentados en ese lugar el 11 de septiembre de 2001.
El Pontífice mencionó, al comenzar a dirigirse a los presentes, la mezcla de “sentimientos, emociones” por estar en ese lugar “donde miles de vidas fueron arrebatadas en un acto insensato de destrucción”.
“Aquí el dolor es palpable”, añadió el Pontífice, quien dijo que el agua que cae en el monumento creado donde estuvieron las Torres Gemelas, “nos recuerda todas esas vidas que se fueron bajo el poder de aquellos que creen que la destrucción es la única forma de solucionar los conflictos”.
El Papa aseguró después: “En las diferencias, en las discrepancias, es posible vivir en un mundo de paz. Juntos somos invitados a decir ‘no’ a todo intento uniformizante y un ‘sí’ a una diferencia aceptada y reconciliada.
“Necesitamos desterrar de nosotros sentimientos de odio, de rencor”, agregó el jerarca. Al acto asistieron representantes del hinduísmo, el budismo, el jainismo, el sijismo, el judaísmo, nativos americanos, musulmanes y de otras ramas del cristianismo.
Francisco visitó luego la parte del museo creado en ese lugar en donde se conserva el resto de una columna de acero en forma de cruz procedente de una de las torres del World Trade Center y una biblia que se encontró durante los trabajos de rescate.
Tras esta visita, Francisco se dirigió a una escuela del este de Harlem, donde se encontró con niños y familias inmigrantes, ante quienes recordó al premio Nobel de la Paz Martin Luther King. “Él dijo un día: ‘Tengo un sueño’. Él soñó que muchos niños, muchas personas tuvieran igualdad de oportunidades. Él soñó que muchos niños como ustedes tuvieran acceso a la educación. Es hermoso tener sueños y poder luchar por ellos”, les dijo.
Al principio del encuentro, Ariel Mejía, un hondureño de 18 años que el año pasado viajó solo a EU, le preguntó al Pontífice si podía demostrarle qué era capaz de hacer con el balón. Francisco, reconocido fanático del futbol, le respondió que sí y el joven dio unos cuantos cabezazos.
Por la noche, tras un recorrido por Central Park, el Papa ofreció una misa ante unas 20 mil personas en el Madison Square Garden.
En el evento, “A Journey in Faith”, participaron artistas como Gloria Estefan. Allí, Francisco volvió a referirse a los “ciudadanos de segunda categoría”, los que “esconden el rostro” por carecer de derechos. “Los extranjeros, los hijos de éstos que no logran la escolarización, los privados de seguro médico... se vuelven parte de un paisaje urbano que lentamente se va naturalizando ante nuestros ojos y en nuestro corazón”, dijo. Agencias