Washington.— En un alegato que desató ovaciones desde las filas demócratas, el papa Francisco pidió ayer a los miembros del Congreso de EU mostrar “compasión” hacia los inmigrantes que han llegado en pos de un sueño, mientras que en Nueva York puso el dedo sobre la llaga sobre otro tema delicado: la pederastia, que tachó de “vergüenza para la Iglesia”.
“No olvidemos la regla de oro que dice: ‘No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti’”, dijo el Pontífice al recordar a los miembros del Congreso en Washington que todos tienen en común su pasado como “descendientes de inmigrantes”. “La gente de este continente no tememos a los extranjeros, porque la mayoría de nosotros fuimos alguna vez extranjeros”, aseguró el Papa, con la mayoría de los miembros del Congreso de pie y congresistas como la demócrata Loretta Sanchez con el puño en alto.
Demócratas y republicanos respaldaron particularmente la reflexión papal sobre el papel de la clase política: “Un buen líder político es aquel que, teniendo en cuenta los intereses de todos, es capaz de actuar con espíritu abierto y pragmático”.
Tampoco se olvidó de los pobres: “Tengan en cuenta a todas aquellas personas que nos rodean que están atrapadas en un ciclo de pobreza. Ellos también necesitan que les den esperanza”, dijo a los legisladores.
El jerarca defendió ante los congresistas la lucha contra el cambio climático. “Necesitamos tener una conversación que tenga en cuenta a todo mundo, ya que el desafío medioambiental que enfrentamos, y que tiene sus raíces humanas, nos importa y preocupa a todos”, dijo.
El Papa aludió también al tráfico de armas y la pena de muerte. “Es nuestro deber confrontar y detener el tráfico de armas”, dijo, al lamentar que la industria de las armas siga beneficiándose del “silencio vergonzoso” de unos, mientras que “sangre inocente” se sigue derramando. Por lo que toca a la pena de muerte, enfatizó que “cada vida es sagrada” e invitó a la clase política a explorar nuevas vías para rehabilitar a los criminales.
“Lo que ha conseguido el Papa es abordar temas que son muy sensibles para la mayoría de los ciudadanos en este país. Como la necesidad de impulsar una reforma migratoria, la lucha contra el calentamiento global, contra la pobreza insultante”, consideró el aspirante demócrata a la presidencia, el senador por Vermont, Bernie Sanders.
En contraste, el aspirante presidencial republicano Donald Trump dijo que si bien las palabras del Papa fueron “hermosas”, es necesario “sellar las fronteras” de EU, país que, advirtió, tiene “una terrible ola de crímenes. Tenemos drogas que traspasan las fronteras”.
Tras reunirse con los miembros del poder político, el Papa encaminó sus pasos hacia una organización caritativa que se encarga de poner sobre la mesa comida para los más pobres y para quienes no tienen un techo. “No hay ningún motivo de justificación social, moral o del tipo que sea para aceptar la falta de comida o alojamiento”, aseguró el Pontífice al hablar ante un grupo de voluntarios y de personas sin hogar en esta capital.
“En la oración no hay ricos o pobres. Hay hijos y hermanos. En la oración no hay personas de primera o de segunda, hay fraternidad”, añadió y subrayó que la pobreza se ha convertido en una mancha creciente en EU. Con ese mensaje, Francisco se despidió de Washing- ton y viajó a Nueva York,
Inicia visita a Nueva York. En la noche encabezó una vigilia en la catedral de San Patricio, en Manhattan, donde lamentó la “vergüenza” que causan a la Iglesia los casos de pederastia.
En un país donde los escándalos por abusos sexuales cometidos por sacerdotes obligaron a la Iglesia a emprender una serie de reformas a partir de 2002, cuando el periódico The Boston Globe publicó la historia de John Geoghan, un sacerdote con múltiples acusaciones de abuso sexual, las palabras de Francisco no podían ser más adecuadas.
Según un estudio del Departamento de Economía de la Universidad de Notre Dame, dos millones de feligreses que abandonaron la Iglesia entre 2002 y 2012 debido a los casos de pederastia.
En su reunión con el clero, religiosos y religiosas en San Patricio, Francisco recordó el sufrimiento causado por “la vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos”.
También dio un “gracias muy grande” a las religiosas de EU y se preguntó: “¿Qué sería de la Iglesia sin ustedes?”. Hoy hablará en ante la ONU, en el inicio de la Cumbre del Desarrollo Sostenible. Con información de Agencias