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Santiago de Cuba.— La ruptura de los lazos familiares ha provocado sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas, subrayó el papa Francisco, quien enfatizó los riesgos ante la desaparición de los espacios familiares, que llevan a la separación y aislamiento, por lo que llamó a cuidar y proteger este núcleo fundamental.
“La familia nos salva de dos fenómenos: la fragmentación [división] y la masificación. En ambos casos, las personas se transforman en individuos aislados fáciles de manipular y gobernar. Sociedades divididas, rotas o altamente masificadas son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares”, insistió el Papa poco antes de terminar su visita a esta isla caribeña. Fue despedido por el presidente de Cuba, Raúl Castro.
Ante familias reunidas en el interior de la catedral de Santiago de Cuba, Jorge Mario Bergoglio dijo al improvisar antes de despedirse que “los niños y jóvenes que son la fuerza de un pueblo. Un pueblo que cuida a sus abuelos y a sus chicos y jóvenes, tiene el futuro asegurado”. Reiteró la importancia de darle el valor a cada integrante de la familia y conservar los valores de la misma, así como los espacios de convivencia en los hogares, pues “en muchas culturas hoy en día van desapareciendo estos espacios, van desapareciendo estos momentos familiares”.
Subrayó: “Cuidemos a nuestras familias, verdaderas escuelas del mañana. Cuidemos a nuestras familias, verdaderos espacios de libertad y verdaderos centros de humanidad”.
En la Basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre, antes de ir a la catedral, el papa Francisco resaltó la necesidad de que la Iglesia católica “salga de casa”.
Destacó la importancia de la virgen y exhortó al pueblo cubano a vivir la revolución de la ternura: “Como María, queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus templos, de sus sacristías para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de unidad. Queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación. Como María, queremos ser una Iglesia que sepa acompañar todas las situaciones embarazosas de nuestra gente, comprometidos con la vida, no borrándonos, sino caminando con nuestros hermanos, siguiéndonos ayudando”.
En su vuelo a Washington, cuestionado sobre por qué no se reunió con la disidencia, Francisco señaló que no tenía previsto dar audiencias “a nadie”. También dijo “no tener noticia de arrestos” de disidentes durante su estancia en Cuba y rechazó ser considerado “de izquierda”. Aunque admitió que algunos de sus discursos pudieron haber sonado “un poquito de izquierdas”, lo atribuyó a un “error de interpretación” y subrayó que “todo lo que he dicho en tema económico está en la doctrina de la Iglesia”.