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Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Nicolás Maduro, acordaron ayer en Quito el retorno de sus respectivos embajadores y la apertura de una investigación sobre la situación de la frontera común, tras un dialogo directo, con la mediación de Unasur y Celac.
Los mandatarios acordaron un plan de siete puntos que fue anunciado por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, tras una reunión de cinco horas en el palacio de gobierno de Quito.
También decidieron tratar con sus equipos ministeriales “los temas sensibles” relativos a la crisis fronteriza que han mantenido, lo que harán a partir de una primera reunión que se celebrará mañana en Caracas.
La declaración incluye también otros puntos, como “la progresiva normalización de la frontera”, la “coexistencia de los modelos económicos, políticos y sociales de cada país” y “un llamado al espíritu de hermandad y la unidad, propiciando un clima de mutuo respeto y convivencia”, además de “continuar trabajando con el acompañamiento de Ecuador y Uruguay”.
Los dos presidentes se mostraron satisfechos con el resultado de la reunión, en la que, según indicó Santos, se acordó investigar “algunos incidentes en la frontera de violación del espacio aéreo” colombiano, así como trabajar conjuntamente en la lucha contra las bandas criminales, el narcotráfico y el contrabando.
Para la cita, Maduro fue el primero en arribar a Quito y fue recibido en el aeropuerto internacional por una delegación de niños indígenas a los que saludó y abrazó. Recibió de un grupo de asistentes un bastón de mando tallado en madera. Santos llegó más tarde y su recepción tuvo el mismo protocolo que la del venezolano.
Un momento después llegaron por separado al histórico centro de Quito y a la entrada del palacio de Carondelet fueron saludados por los anfitriones, los presidentes pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Rafael Correa, y de la la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Tabaré Vázquez.
Afuera del palacio se apostaron ciudadanos colombianos, venezolanos y ecuatorianos ondeando pequeñas banderas amarillo, azul y rojas, tricolores similares para los tres países.
En declaraciones posteriores a la prensa, Maduro dijo que fue una reunión “franca” y “clara” en medio de un “clima de hermandad”. “Triunfó la sensatez y el diálogo”, resumió el presidente venezolano.
Por su parte, Santos explicó que pidió a Venezuela respetar los derechos de los colombianos en el país vecino e investigar las recientes violaciones al espacio aéreo.
Santos dijo “entender” la preocupación de Maduro sobre la presencia de grupos armados y de mafias del narcotráfico en la frontera. y dijo que la mejor forma es “hacerlo juntos”.
Con los acuerdos alcanzados culmina una crisis surgida tras la decisión del presidente de Venezuela de decretar el 19 de agosto el cierre parcial de la frontera, a lo que siguió la expulsión de más de mil 600 colombianos de territorio venezolano, según cifras de organismos de la ONU. Otros 19 mil abandonaron Venezuela por decisión propia.