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Papa pide mantener la unidad y curar miopías

Encabeza Francisco una homilía en la Plaza de la Revolución Mayor General Calixto García en Holguín, Cuba

El papa Francisco ofició una misa desde la Plaza de la Revolución en Holguín. Foto: EFE
21/09/2015 |09:31Julián Sánchez - enviado |
Redacción El Universal
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El papa Francisco pidió a los fieles católicos a mantener la unidad por medio de la paz y a curar, a través de la mirada de Jesús, sus miopías, a estimular, a mirar más allá y a no quedarse en las apariencias o en lo políticamente correcto.

Durante su homilía en la ceremonia eucarística que encabezó aquí ante cientos de personas que se congregaron desde temprano en la Plaza de la Revolución Mayor General Calixto García, Jorge Mario Bergoglio dijo a los cubanos:

“Les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del espíritu con el vínculo de la paz”.

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Francisco dijo al pueblo de esta nación: “Dejémonos mirar por Jesús, dejemos que su mirada recorra nuestras calles, dejemos que su mirada nos devuelva la alegría, la esperanza y el gozo de la vida”.

El máximo representante de la Iglesia católica, subrayó: “Dejémonos mirar por el Señor en la oración, en la eucaristía, en la confesión, en nuestros hermanos, especialmente en aquellos que se sienten dejados, más solos.

“Aprendamos a mirar como él nos mira. Compartamos su ternura y su misericordia con los enfermos, los presos, los ancianos, las familias en dificultad. Una y otra vez somos llamados a aprender de Jesús que mira siempre lo más auténtico que vive en cada persona, que es precisamente la imagen de su padre”.

En la misa se pidió “por los gobernantes de las naciones para que siempre se preocupen en orientar sus esfuerzos por el bien de todos, especialmente a los más desamparados y por todos los que sufren o pasan alguna necesidad espiritual o corporal. Por los enfermos, presos, marginados, los olvidados de la sociedad, para que Dios padre a través de la práctica misericordiosa, dé consuelo y esperanza”.