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julian.sanchez@eluniversal.com.mx
La Habana.— Llegaron desde el jueves pasado todos juntos. Son 25 los miembros de la familia Ávalos, quienes viajaron desde Zacatecas a La Habana para ver al papa Francisco.
Hermanos, tíos, cuñados, primos y sobrinos se juntaron como muéganos en 25 sillas en una parte cercana al altar montado en la Plaza de la Revolución, donde el Pontífice encabezó la primera ceremonia eucarística de su viaje por esta isla y Estados Unidos, adonde viajará mañana.
“Desde que supimos la fecha de la venida de su Santidad, nos organizamos para acompañarlo aquí. Compramos los boletos después de que en abril se dio a conocer que vendría a Cuba”, dijo Pilar Alba de Ávalos.
Preparados con banderas, lonas, pancartas y mucho ánimo para gritar: “Francisco hermano, ya eres mexicano”, el grupo ha seguido en este país a Juan Pablo II y a Benedicto XVI en visitas que realizaron en 1998 y 2014, respectivamente.
La hija de Pilar, quien lleva el mismo nombre, destacó que también fue testigo de la visita de Benedicto XVI a Guanajuato en 2012.
Dedicados a diferentes actividades, la familia que enarbola sus principios católicos planeó “un gran paquete”, para estar todos juntos desde su salida de Zacatecas hasta La Habana y para que, aseguraron, les saliera más económico el viaje.
“Siempre hemos sido una familia muy unida”, insistió Pilar Alba, mientras presumía que algunos se dedicaron a hacer las lonas, en una de las cuales se aprecian las imágenes de la virgen de Guadalupe y de Jorge Mario Bergoglio.
Las maletas las tenían preparadas desde dos o tres días antes, siempre han sido ordenados y previsores en otros viajes que han realizado de placer, resaltó Alejandra Ávalos. Dedicada al hogar, narró que ayudó a sus hijos y a su marido a preparar las cosas que trajeron a La Habana, en donde emocionados vieron al Pontífice. “Para nosotros esta visita es muy importante. Su viaje [del Papa] es para afianzar la fe, esa es su misión, de acercar al pueblo al señor”, señaló Pilar Alba.