La muerte de niños inocentes se vuelve un drama casi común en las costas del Mediterráneo en tanto decenas de miles de sirios y de otros sitios huyen de conflictos en sus países.
Este miércoles, policías turcos encontraron en la costa del pueblo de Bodrum, Mugla el cuerpo sin vida de un niño refugiado quien, junto con cuatro infantes más, se ahogó en su travesía a Europa.
El menor forma parte de un grupo de 12 presuntos refugiados sirios que fallecieron del mismo modo cuando intentaron zarpar del suroeste de Turquía hacia la isla griega de Kos; de la tragedia, siete personas fueron rescatadas y dos llegaron a la costa con salvavidas.
Miles de refugiados intentan salir por la costa turca del mar Egeo para tratar de llegar a Grecia, punto de ingreso a la Unión Europea.
Casi 100 personas en total habían sido rescatadas por barcos turcos durante la noche del martes, mientras intentaban llegar a Kos, dijo la Marina turca.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) el 30% de las personas que han llegado a Europa por Grecia son mujeres y niños, que en muchas ocasiones viajan solos, sin adultos o familia, escapando principalmente de los conflictos bélicos de Siria, Irak y Afganistán.
No obstante, de acuerdo con Unicef, la llegada de los niños a Grecia no es aval de su seguridad, pues generalmente son víctimas de detenciones y controles fronterizos que ponen en peligro sus vidas por lagunas legales y prácticas inadecuadas en los países de tránsito o de destino.
Entre enero y julio, las patrullas turcas salvaron a 20 mil 165 refugiados indocumentados en 629 operaciones en las aguas turcas del Egeo, y detuvieron a 42 personas por tráfico ilícito de personas.
Los refugiados suelen pagar entre 900 y mil 200 euros para una plaza en una lancha neumática que los lleve a una de las cercanas islas griegas, pero los naufragios son frecuentes porque a los traficantes "les da igual si se mueren o no", según han afirmado personas que han realizado este viaje.
*Con información de Reuters y EFE.
ahd