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Miles de personas se reunieron hoy cerca de la estación de trenes del Oeste (Nyugati) de Budapest, convocados para protestar contra los planes del gobierno conservador de endurecer las leyes de inmigración, que, entre otras, prevén penas de hasta tres años por el cruce ilegal de la frontera.
El grupo de voluntarios Migration Aid, que ayuda desde hace semanas a los miles de refugiados que se encuentran en la ciudad, había convocado la marcha, asegurando que el gobierno conservador "causa miedo con sus medidas que no ofrecen soluciones a largo plazo".
El ejecutivo del primer ministro Viktor Orbán anunció la semana pasada una serie de proyectos de ley para, entre otros, penar con hasta tres años de cárcel el cruce ilegal de la frontera, la creación de zonas de tránsito cerradas en la frontera y la movilización del ejército en la defensa de las fronteras.
Otra ley permitirá a la policía entrar en inmuebles particulares "en situaciones de crisis causadas por la inmigración masiva".
"No en mi nombre" fue el lema de la marcha hoy que iba a concluir delante del Parlamento, una frase que apareció también en los carteles que llevaban algunos de los 4.000 manifestantes, según estima el portal index.
Miguel Urbán, eurodiputado de Podemos, que viajó a la región para informarse sobre la situación y que participó en la marcha, explicó a Efe que "Hungría es la ejemplificación máxima de la Europa fortaleza".
En su opinión, Orbán "ha puesto como ejemplo la norma migratoria española "en el caso de Ceuta y Melilla". "No en mi nombre, no en el mío como europeo, no en el mío como español. Yo me niego también a la valla con concertinas. Las solución no es levantar más vallas, porque la presión por no morir va a superar todas las vallas", agregó el eurodiputado.
Urbán opinó que Europa necesita una solución conjunta, respetando los derechos humanos, uno de los valores más importantes. "Somos húngaros y queremos decir a Europa que nos avergonzamos de lo que está haciendo nuestro gobierno con los refugiados", dijo a Efe una de las manifestantes, Henrietta, de 40 años y propietaria de un restaurante. "Es un deber venir aquí para decir que estas personas necesitan ayuda y ser tratadas con dignidad", agregó.
"Estoy aquí para protestar por unas leyes que dan poderes especiales a la policía y el ejército, así como el uso populista del Gobierno de la situación de los refugiados", explicó András, otros manifestante, de 38 años.
El debate sobre los proyectos presentados comenzará mañana en el Parlamento y se espera que podrían aprobarse el viernes o la semana próxima.
En los entornos a la estación de Keleti, cientos de refugiados protestan desde hace días para poder subirse a los trenes que les llevarán a países más ricos de Europa, como Alemania.
Hungría elevó una valla alambrada de metro y medio de altura en su frontera con Serbia para parar la inmigración y se espera que hasta noviembre concluya una segunda, más sólida y de cuatro metros de altura y 175 kilómetros de longitud.
Las autoridades húngaras interceptaron en lo que va de año a más de 150 mil refugiados provenientes de países en conflicto, como Siria o Afganistán, que en su gran mayoría quieren seguir hacia países más ricos de Europa.
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