El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, consideró hoy inaceptable que el gobierno de Hungría expulse con gas lacrimógeno y cañones de agua a los migrantes que desean ingresar a su territorio.
En una conferencia de prensa celebrada en la sede de la ONU, Ban manifestó estar “conmocionado de ver cómo fueron tratados los migrantes y refugiados. No es aceptable” el uso de equipo antimotines en contra de los migrantes en la frontera de Hungría con Serbia.
Precisó que sabe que todos los países deben lidiar con sus propios problemas internos, pero que los migrantes y refugiados que llegan a Europa son personas que huyen de la violencia y la persecución, por lo que llamó a ejercer “un liderazgo compasivo”.
En ese sentido, el titular de la ONU informó que habló con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, a quien enfatizó la importancia de observar las convenciones internacionales, las leyes de derechos humanos y el derecho internacional, para abordar la crisis migratoria.
Reveló además que convocó a una reunión de alto nivel en la ONU para el próximo 30 de septiembre, a fin de abordar el tema de la crisis migratoria en Europa, con base en los derechos humanos y en las obligaciones legales de los Estados.
Ban explicó que “los conflictos brutales, los quiebres en la gobernanza básica, la desesperación económica y otros factores, han generado un desplazamiento de personas no visto desde la Segunda Guerra Mundial, debido a que unos 60 millones de personas han huido de sus hogares” .
Asentó que dadas las condiciones de millones de personas en la actualidad, que huyen de los bombardeos y la brutalidad de sus países, el éxodo actual “es natural” , y que cada uno de nosotros lo haría, “por nuestra vida y por nuestros hijos” .
Ban agradeció a los países que se han mostrado generosos con los migrantes, en especial Líbano, que alberga a una cifra de refugiados de Siria que equivale al 25 por ciento de su población, así como Jordania, que asila el equivalente al 10 por ciento de sus habitantes.
Celebró también las actitudes respecto de la actual crisis migratoria en Europa, de Alemania, Suecia y Austria, así como la generosidad financiera del Reino Unido y Kuwait.
ahd