Hamada Hashem, un guía del desierto que vive en una villa cercana y testigo del ataque a un grupo de turistas mexicanos, informó que el operativo que realizaban militares y policías egipcios, al parecer estaba relacionado con el secuestro de un residente llamado Saleh Qassim Said, capturado por milicianos dos días antes.

Fuerzas del orden egipcias abrieron fuego contra un convoy de turistas en la zona de Wahat en el desierto occidental, al confundir las camionetas 4x4 en las que viajaban los mexicanos, con las utilzadas por grupos terroristas en ese país.

El gobierno egipció ha reiterado que el grupo de turistas se encontraba en un área reestringida, aunque la agencia de viaje y los guías niegan esta versión y aseguran que tenían los permisos necesarios.

Hashem relató que la policía y gente de la localidad, él mismo incluido, montaron una operación de rescate, pero que milicianos fuertemente armados los disuadieron. Entonces la policía pidió al ejército que se involucrara.

El domingo, el grupo egipcio afiliado al Estado Islámico circuló fotos donde supuestamente muestra enfrentamientos con fuerzas de seguridad y lo que al parecer era sangre de Said, a quien acusaron de ser un "espía" de los servicios de seguridad, de acuerdo con SITE Intelligence Group, un grupo estadounidense que monitorea sitios web de milicianos.

Los ataques contra las fuerzas de seguridad han escalado en la región, además de extenderse a otras áreas del territorio después del derrocamiento militar en julio de 2013 del presidente islamista Mohamed Morsi.

La canciller mexicana, Claudia Ruíz Massieu, confirmó que en el incidente murieron dos connacionales y resultaron heridos otros seis, que ya son atendidos en el hospital Dar el-Fouad, en El Cairo.

El gobierno egipcio ha expresado que está en contacto constante con las autoridades mexicanas y que brindarán todo el apoyo necesario a los familiares de las víctimas y a los heridos. Señaló también, que ha formado un comité de alto nivel, encabezado por el primer ministro egipcio Ibrahim Mehleb para esclarecer las circunstancias del incidente.

El desierto occidental de Egipto es un destino popular entre los aficionados de los safaris, pero no ha sido un punto de gran actividad miliciana o insurgente. La principal preocupación de la policía y el ejército en la zona ha sido la lucha contra el contrabando en la larga y porosa frontera con Libia.

*Con información de AP

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