El ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, anunció hoy el restablecimiento inmediato y de forma temporal de los controles en sus fronteras, comenzando por la austríaca, ante las oleadas de refugiados que llegan desde el país vecino.

En una rueda de prensa convocada en Berlín, De Maizière explicó que el objetivo de la medida, que consideró "urgente" por motivos de seguridad, es frenar los flujos de solicitantes de asilo y volver a contar con un procedimiento ordenado en la frontera.

De forma paralela, una portavoz de los empresa nacional de ferrocarriles Deutsche Bahn informó de la suspensión del tráfico ferroviario con Austria hasta las 06.00 hora local del lunes (04.00 GMT).

La decisión alemana supone dejar en suspenso los acuerdos europeos de Schengen que garantizan la libre circulación de personas, por lo que la entrada en el país sólo podría hacerse con la documentación reglamentaria.

Es también una "señal a Europa" para que cada país asuma su responsabilidad y acepte redistribuir a los solicitantes de asilo en todo el territorio, dijo De Maizière la víspera de la reunión de los ministros de Interior de la Unión Europea (UE) en Bruselas.

Aseguró que su país seguirá respetando las normas que garantizan la protección de los refugiados, pero recordó que, según la legislación europea, Alemania no es responsable de la mayoría de solicitantes de asilo que llegan.

El convenio de Dublín sigue siendo válido y ha de ser respetado por todos los socios comunitarios, subrayó el ministro, antes de recordar que esa normativa establece que los peticionarios de asilo deben ser registrados en el primer país europeo al que llegan, encargado también de tramitar sus solicitudes.

De Maizière elogió la disposición a la acogida de los ciudadanos alemanes y de miles de voluntarios, pero consideró que no se debe abusar de ella.

Asumió que la introducción de los controles "no va a solucionar todas los problemas" y pidió comprensión ante los previsibles atascos que se producirán.

"Necesitamos algo de tiempo para establecer orden en las fronteras", dijo a sus conciudadanos.

La medida fue consensuada en el seno de la gran coalición de Gobierno que forman conservadores y socialdemócratas alemanes y fue comunicada a todos los estados federados y también al Ejecutivo austríaco.

Las autoridades del Estado federado de Baviera se declararon ayer desbordadas por la incesante llegada de solicitantes de asilo, mientras se sucedían las críticas a la decisión de la canciller alemana, Angela Merkel, de abrir el pasado fin de semana las fronteras sin contar con un plan global de acogida.

Sólo ayer más de 12.000 refugiados llegaron a la estación central de Múnich, la capital de Baviera.

Según las cifras facilitadas hoy por las autoridades regionales, desde finales de agosto han llegado a la ciudad 63.000 refugiados.

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