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Cuatro coches blindados de la misión especial de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en Ucrania fueron incendiados esta madrugada en la ciudad de Donetsk, bastión de los separatistas prorrusos en el este del país.
Los vehículos estaban aparcados al lado del hotel donde se alojan los observadores encargados de supervisar el cumplimiento de los acuerdos de paz firmados entre Kiev y los rebeldes a mediados del pasado mes de febrero.
El jefe adjunto de la misión internacional, Alex Hug, aseguró a los medios locales que la OSCE no tiene intención de salir de Donetsk tras el incidente, aunque "revisará las medidas de seguridad".
"Habrá que comprobar si aquellos que deben garantizar nuestra seguridad en la así llamada RPD (República Popular de Donetsk) toman las medidas oportunas para que podamos hacer nuestro trabajo en Donetsk y sus alrededores", apuntó Hug.
Mientras, el jefe negociador de la RPD en el proceso de Minsk, Denís Pushilin, aseguró que las medidas de seguridad para proteger a la misión de la OSCE "ya se han reforzado" para "no permitir que en el futuro se repita esta situación".
Kiev y los rebeldes ya se acusaron de la autoría del ataque contra los coches de la OSCE.
La semana pasada, Hug denunció que ni las tropas gubernamentales ucranianas ni los separatistas respetan el alto el fuego establecido en los acuerdos de Minsk.
El responsable suizo recordó que desde el despliegue de la OSCE en el este de Ucrania los observadores "han sido atacados en numerosas ocasiones a pesar de que las dos partes (Kiev y prorrusos) sabían donde estarían" los miembros de la misión.
Aunque Kiev y los separatistas aseguran haber replegado todo el armamento pesado de calibre mayor a los 100 milímetros, los dos bandos se acusan continuamente de ataques con esas armas prohibidas.
Según los últimos datos de la ONU, cerca de 7 mil personas, entre combatientes y civiles, han muerto en el este de Ucrania en quince meses de conflicto entre los sublevados y el ejército ucraniano.
jlc
