Caracas.— El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció ayer la ampliación del cierre de la frontera con Colombia a cinco ciudades en total, así como el envío de 3 mil soldados a la zona, profundizando las tensiones con el país vecino, aunque se mostró dispuesto a reunirse con su par colombiano “donde él quiera, cuando quiera y como quiera”.
“Para limpiar de paramilitarismo, de criminalidad, de bachaquerismo (contrabando), de secuestro, de narcotráfico, es que he decidido cerrar la frontera número 2 en el estado de Táchira en los municipios de Lobatera, Ayacucho, García de Hevia y Panamericano”, anunció Maduro.
Con esta decisión, toda la frontera con Colombia a lo largo del estado de Táchira permanecerá cerrada, lo que supondrá cerca de 160 kilómetros de límite fronterizo de los casi 2 mil 300 kilómetros totales entre ambas naciones. En la nueva zona cerrada por Maduro no existen pasos internacionales importantes, aunque sí puntos de cruce que podían estar siendo utilizados como alternativa en los últimos días.
El presidente explicó que el cierre entra hoy en vigor y añadió que “he decidido movilizar tres mil hombres para buscar a estos paramilitares hasta debajo de las piedras”.
Asimismo, explicó que se ha visto “obligado a tomar decisiones impostergables con el cierre de la frontera para defender al pueblo del paramilitarismo y de los contrabandistas”.
Una multitud de simpatizantes del gobierno vestidos con camisas rojas se manifestó ayer mismo en Caracas para apoyar las medidas dispuestas por Maduro en la frontera, por las que Venezuela y Colombia llamaron a consultas a sus embajadores.
Dirigiéndose a los manifestantes, Maduro dijo que estaba dispuesto a reunirse con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, “él y yo solitos y le pongamos el cascabel al gato”. El jueves, Santos había pedido que se citara a una reunión de emergencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) para discutir la “inaceptable” situación de los colombianos en la frontera.
Sin embargo, una reunión entre los presidentes no parece factible en el futuro inmediato pues Maduro viaja hoy a China y Vietnam en busca de apoyos “indispensables” para Venezuela.
Por lo pronto, la canciller de Colombia, María Ángela Holguín, anunció que la reunión de cancilleres de la Unasur se llevará a cabo el 3 de septiembre en Quito. En un intento por calmar los ánimos, subrayó que “romper relaciones con Venezuela es algo que es impensable e imposible... me parece que nos unen demasiadas cosas, por eso se necesita de la ayuda de terceros”.
Maduro dijo que propondrá a la Unasur, previo acuerdo con Colombia, la creación de una Comisión Suramericana de la Verdad sobre la situación de “contrabando, narcotráfico y paramilitarismo” en la frontera de ambos países. “Aquí nadie puede imponer su posición, porque es un asunto soberano binacional”, dijo.
Antes del encuentro de la Unasur, se realizará este lunes una reunión extraordinaria de la OEA para evaluar la situación humanitaria de los colombianos deportados, que suman más de mil hasta el momento (otros 5 mil se marcharon voluntariamente). Varios deportados denunciaron que sus casas fueron marcadas con la letra “D” y luego demolidas en el municipio de San Antonio, en Táchira.
El secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki moon, pidió a Venezuela y Colombia mantener un “diálogo constructivo” para resolver el problema. Agencias