Washington.— En un discurso centrado en la lucha contra la pobreza, pero también contra el calentamiento global, el presidente estadounidense Barack Obama advirtió que a pesar de los avances de los últimos años para reconstruir ciudades como Nueva Orleáns tras el devastador paso del huracán Katrina en 2005, el país no puede bajar la guardia para enfrentar catástrofes en formas de sequías, incendios, tormentas e inundaciones.
Tampoco, agregó, puede dejar de luchar para erradicar las desigualdades estructurales que siguen aquejando, sobre todo, a las minorías de toda la nación. “Hace 10 años, lo que comenzó como un desastre natural en Nueva Orleáns se transformó en un desastre humano ante la incapacidad del gobierno para ayudar a sus ciudadanos”, dijo Obama en alusión a las mil 800 personas que fallecieron y a las miles más que lo perdieron todo y que se vieron obligadas a abandonar la ciudad en medio del caos y la confusión de las agencias federales.
“Hoy, a pesar de los trabajos de reconstrucción, miles siguen sin poder regresar a sus hogares en Nueva Orleáns”, dijo Obama, al recordar que más de 400 mil personas siguen sin poder regresar a sus lugares de origen en los estados de Louisiana, Alabama y Mississippi.
Según el Departamento del Trabajo, tras el desastre que dejó a su paso Katrina, que tocó tierra el 29 de agosto de 2005, aproximadamente un millón y medio de personas se vieron desplazadas de sus hogares. En los últimos 10 años, el gobierno federal ha invertido unos 71 mil millones de dólares en la reconstrucción de infraestructura clave como los diques que fallaron o fueron insuficientes en 2005 para evitar la inundación de Nueva Orleáns.
“Hoy todavía siguen en nuestra memoria las imágenes de niños llorando en el estadio SuperDome, adonde miles buscaron refugio, o las imágenes de cuerpos flotando en las aguas o las cientos de personas pidiendo ayuda desde los techos de sus casas”, recordó Obama al evocar su encuentro con algunos de los desplazados en la ciudad de Houston: “Recuerdo que una mujer me dijo: no teníamos nada antes del huracán y ahora tenemos menos que nada... Hace 10 años, la tragedia que dejó a su paso la tormenta dejó al descubierto otra tragedia que se había estado gestando durante décadas”.
“Durante mucho tiempo, Nueva Orleáns se había estado plagando de desigualdad estructural que había dejado a mucha gente, especialmente a los pobres, a las personas de color, sin buenos puestos de trabajo, sin un sistema de salud asequible o una vivienda digna”, señaló. Pese a los esfuerzos de reconstrucción en Nueva Orleáns, el índice de pobreza se mantiene en 30% y la diferencia entre el ingreso de una familia blanca y una negra es de hasta 50%.
“No podremos decir que hemos tenido éxito hasta que estas diferencias hayan desaparecido”, dijo el presidente durante un acto realizado en Nueva Orleáns, luego de un recorrido por la ciudad y encuentros con miembros de la comunidad.
“La experiencia de Katrina nos sirvió mucho. Hoy, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) es mucho más eficaz. Las lecciones de Katrina nos sirvieron mucho para salir al paso de la tormenta Sandy en Nueva York y Nueva Jersey” en 2012, subrayó. “Sin embargo, no podemos bajar la guardia porque vamos a ver eventos más extremos como sequías, tormentas, incendios. Hemos progresado mucho en los últimos 10 años. Pero esto no significa que podemos caer en la autocomplacencia”, advirtió.