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Madrid.— El secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, inicia mañana una visita a México. La primera desde que hace un año fue elegido candidato a la presidencia del gobierno para las próximas elecciones generales.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Sánchez, que según las encuestas podría convertirse en el próximo presidente del gobierno, asegura que si gana, América Latina será el eje fundamental de su política exterior, que dinamizará las cumbres iberoamericanas y que con México fortalecerá la colaboración política, económica, cultural y contra el narcotráfico y el crimen organizado. En su opinión, la fuga de El Chapo Guzmán muestra la necesidad de reforzar la cooperación judicial y policial entre países.
Este viernes comienza una gira en la cual visitará México, Colombia, Chile y Perú. Si se convierte en el nuevo presidente del gobierno de España, ¿cómo será su política exterior con respecto a América Latina?
—América Latina será un eje fundamental de mi política exterior. En los últimos años la región ha experimentado un considerable desarrollo económico y social con creciente protagonismo de su sociedad civil. Y al mismo tiempo se han manifestado mayores diferencias entre países y ha surgido una nueva arquitectura de cooperación e integración regionales en torno a bloques. Nuestra política latinoamericana responderá a los principios de igualdad, lealtad y respeto. Mantendremos las mejores relaciones posibles con cada uno. Y me propongo recuperar la importancia de la política en nuestra relación con la región.
¿Cuáles son los retos que enfrenta la región iberoamericana?
—Garantizar que el crecimiento económico se acompañe de una redistri-bución que garantice la inclusión social, fortalecer el Estado de derecho frente a la violencia, el narcotráfico y la corrupción, y mantener y profundizar la integración regional.
¿Está jugando Iberoamérica el papel que debería o es necesario un nuevo impulso del proyecto?
—Iberoamérica es algo mucho más profundo que una unión económica o una unión aduanera. Es ante todo una comunidad y eso implica valores comunes, vivencias comunes y objetivos compartidos. Siempre es necesario un nuevo impulso para trazar nuevos horizontes. Ha llegado la hora de pasar del plano estrictamente político al de nuestras sociedades civiles. El proyecto de Comunidad Iberoamericana necesita abrir sus puertas a la movilidad educativa, a la innovación y al intercambio entre los ciudadanos de todos nuestros países.
En el caso de México, ¿cómo reforzará la cooperación política, económica y cultural?
—La cooperación entre nuestros dos países tiene un enorme potencial que todavía puede impulsarse más. Mi propuesta es trabajar conjuntamente ante los desafíos globales que nos afectan por igual: el narcotráfico, el terrorismo, el crimen organizado, pero también el cambio climático, la agenda de desarrollo post-2015 y el respeto de los derechos humanos. Igualmente, nuestro idioma común es un terreno natural para nuestra cooperación cultural. Por ello planteo una estrategia conjunta para potenciar el uso del español en el mundo. También debemos trabajar para dinamizar las cumbres iberoamericanas y proyectarlas internacionalmente. En el terreno económico hay que cooperar para que las pequeñas y medianas empresas de ambos países puedan proyectarse en el otro y continúe fluyendo la inversión española en México y mexicana en España. Por último, no descuidaría a nuestras sociedades civiles. Hay que impulsar la movilidad y el intercambio a nivel académico y universitario para aprovecharlo.
¿Cómo ha visto México en estos últimos años?
—México ha vivido en los últimos 15 años un proceso de reformas que lo han hecho avanzar de manera notable. Hay que felicitar al país y a los mexicanos por lo logrado. El Pacto por México, por ejemplo, es una iniciativa que se ha demostrado provechosa y eficaz para el país.
Sin embargo, hay graves problemas de corrupción, pobreza, narcotráfico. ¿Cuál es su asignatura pendiente?
—No estoy aquí para dar lecciones a nadie. México ha sabido hacer frente a los desafíos a los que se ha enfrentado a lo largo de su historia. No dudo que lo hará en el futuro también. Si soy presidente del gobierno trabajaré codo a codo con México para hacer frente a muchos desafíos comunes.
En estos últimos años se ha in-crementado la presencia de narcotraficantes mexicanos en España. ¿Cómo enfrentarlo?
—El problema del narcotráfico no es exclusivo de México. Es un problema complejo y de escala mundial. Por tanto, la respuesta debe ser global. Necesitamos reforzar la cooperación judicial y policial y hacer un seguimiento de los circuitos financieros y del blanqueamiento de esos capitales. Nuestra colaboración y cooperación debe ser todavía más estrecha, más eficaz y más operativa.
La fuga de El Chapo Guzmán ha provocado un deterioro en la imagen del gobierno de México y fuertes críticas de EU, que pidió su extradición. ¿Qué valoración hace de esto?
—Evidentemente lamento esa fuga y pone de relieve la necesaria colaboración a nivel global para hacer frente al desafío del narcotráfico y del crimen organizado. No podemos bajar los brazos. Todos los países debemos colaborar para ser más eficaces judicial y policialmente.
En unos meses habrá elecciones generales en España y pese a que el PP pierde muchos votos, según las encuestas el PSOE no es capaz de capitalizar esa pérdida de votos del PP. ¿Por qué?
—El contexto político en España se ha transformado rápidamente en muy poco tiempo. Hay nuevos partidos y los electores tienen más opciones, pero el PSOE está en una senda electoral ascendente. En la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, es el primer partido en intención directa de voto y estoy convencido de que ganará.
¿Pactará usted con Podemos para gobernar?
—Mi proyecto está pensado para un gobierno del PSOE. No pienso en pactos. Trabajo para ganar la confianza de la mayoría de los españoles y tener la mayoría suficiente para formar un gobierno del PSOE que realice las reformas que España necesita para reducir el paro, la desigualdad y la tensión territorial. Pero no gobernaré de espaldas al Congreso, a los ciudadanos o al resto de fuerzas políticas. Soy una persona de diálogo.
Sobre Cuba, tras 54 años, hace unos meses ha restablecido las relaciones diplomáticas con EU. ¿Cómo ve la situación actual en ese país?
—Es un paso en la buena dirección. Se abre una nueva etapa para Cuba pero estamos al inicio de la misma. Todos los países que somos amigos de Cuba debemos apoyar las reformas que decidan introducir. Y España no puede ser indiferente y debe acompañar ese proceso de reformas en Cuba.
En estos últimos años han aumentado considerablemente los asesinatos, amenazas, secuestros y extorsiones de periodistas en México. ¿Qué medidas propone?
—La libertad de prensa y la libertad de expresión son pilares fundamentales de la convivencia y del Estado de derecho. Desgraciadamente están amenazados y conculcados en muchos lugares del mundo. Es tarea de todos nosotros trabajar para garantizarlos. Sin libertad de prensa y de expresión, no hay verdadera libertad, ni democracia.
Venezuela atraviesa una crisis económica y social, de seguridad ciudadana y de libertades. ¿Cree que el gobierno venezolano es más una amenaza que una alternativa para los problemas en la región?
—El PSOE siempre ha estado a favor de la libertad, de la igualdad y del progreso. Por tanto, desde el respeto y el afecto, eso es lo que deseo a todos los países iberoamericanos.
jram