La muerte en directo de dos periodistas mientras realizaban su trabajo en el estado de Virginia conmocionó ayer a la opinión pública de Estados Unidos y desató de nueva cuenta el debate a favor y en contra del control de armas.
El asesinato a sangre fría de los periodistas Alison Parker y Adam Ward, mientras realizaban una entrevista en la localidad de Moneta, alrededor de las 6:45 de la mañana, fue perpetrado por Vester Lee Flanagan, periodista de 41 años que se presentaba en la emisora como Bryce Williams y quien decidió vengarse por el despido de la cadena de noticias WDBJ7, una filial de la cadena CBS en Virginia.
El hecho se produjo en un centro comercial cuando Parker, de 24 años, entrevistaba a una empleada de la Cámara de Comercio para una historia sobre el turismo local. Vicky Gardner, la entrevistada, resultó herida por un disparo en la espalda y fue internada en el hospital. El atacante filmó el asesinato y posteriormente difundió imágenes en Twitter y Facebook. “Yo filmé los disparos, mira Facebook”, se leía en su perfil. Las imágenes fueron rápidamente eliminadas de las redes sociales.
Despedido desde febrero de 2013 de la cadena, Flanagan había demandado en el año 2000 a otra televisora para la que trabajó, WTWC-TV. El sujeto, afroestadounidense, acusó a un productor de llamarlo “mono”. Según registros, Flanagan demandó también a Jeffrey Marks, director de WDBJ7, en marzo de 2014, alegando que la estación le debía dinero, pero perdió la demanda.
También habría tuiteado que “Alison hizo comentarios racistas”. La televisora ABC dijo haber recibido un fax en el que Flanagan se describía como “un polvorín humano”, denunció que sufría discriminación racial, acoso sexual y era víctima de maltrato sicológico en el trabajo por ser un homosexual negro. Señaló que compró el arma dos días después de que nueve personas de raza negra fueran asesinadas en una iglesia de Charleston el 17 de junio. Expresó admiración por los autores de homicidios masivos como Virginia Tech. Según tuits publicados en la cuenta de Bryce Williams, éste había presentado una queja contra Parker ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo y Ward había denunciado a Williams a la oficina de recursos humanos.
Jeffrey Marks, presidente y gerente general de WDBJ7, dijo que Flanagan era una persona “con quien era difícil trabajar”. “Después de muchos incidentes en que se manifestó su furia, lo despedimos. No lo tomó bien”, afirmó.
Los asesinatos desataron una intensa cacería a cargo de la policía estatal y el FBI que terminó cuando el sospechoso se disparó con la misma pistola que usó para matar a Parker y a Ward. Fue trasladado a un hospital cercano donde, poco después, perdió la vida.
“Nuestra hija ha muerto a manos de un loco armado con una pistola. Estamos devastados”, aseguraron los padres de Alison Parker.
“Este es otro ejemplo de la violencia de las armas que se está convirtiendo en excesivamente corriente”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, sobre el asesinato de los periodistas, e insistió en la necesidad de que el Congreso reabra el debate sobre el control de armas que ha sido boicoteado por la Asociación Nacional del Rifle (NRA). La aspirante demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, tuiteó que “no podemos esperar más” para abordar el tema de la regulación en el mercado de las armas.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó “su consternación por el crimen en que fueron ultimados los periodistas” y expresó su solidaridad a los colegas y familiares de las víctimas.
12 cadenas perpetuas. Un juez condenó ayer a 12 cadenas perpetuas (3 mil 318 años de cárcel) a James Holmes, culpable de matar a 12 personas en un cine de Aurora (Colorado) en 2012 y para el que a principios de agosto un jurado pidió la cadena perpetua, que ayer formalizó el magistrado. Los abogados dijeron no tener planes de apelar.
¿Quiénes eran los tres fallecidos?
ALISON PARKER
ADAM WARD
VESTER LEE FLANAGAN
Con información de agencias
jram