En una nueva sacudida sin precedentes en la atribulada historia de Guatemala, la ex vicepresidenta Roxana Baldetti —estrecha aliada del presidente Otto Pérez Molina— fue sorpresivamente detenida ayer por corrupción política y se le acusa de defraudación aduanera, asociación ilícita, caso especial de estafa y cohecho pasivo, en la espiral de combate a décadas de impunidad.

Para estremecer más las agitadas aguas políticas, el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), ente querellante instalado en 2007 con apoyo de la Organización de Naciones Unidas, revelaron ayer que Pérez y Baldetti fueron los cabecillas de “La Línea”, estructura criminal creada para evadir el pago de impuestos en las aduanas guatemaltecas, y pidieron al Congreso iniciar un antejuicio al gobernante, para decidir si se le levanta la inmunidad y es enjuiciado.

En un recorrido por el nororiente del país, Pérez aclaró que desconoce los detalles de la denuncia. “Vamos a conocerlos y ver de qué se trata... Estamos dando la cara, vamos a seguir dando la cara, vamos a conocer cuáles son las situaciones y en su momento pues tendremos que pronunciarnos”.

En rueda de prensa con Thelma Aldana, jefa del MP, el colombiano Iván Velásquez, jerarca de la CICIG, reveló que “en un nivel superior” de la red que ejecutó el fraude “está la participación, tenemos que decirlo, lamentablemente, del señor presidente de la república y la señora Ingrid Roxana Baldetti”.

En la cadena de “La Línea”, recalcó, “muy por encima” de los 27 funcionarios y empresarios detenidos por el caso, con otros en fuga, están Pérez y Baldetti, quien dimitió el 9 de mayo al destaparse a mediados de abril uno de los mayores escándalos de corrupción política en Guatemala por la defraudación en la Superintendencia de Administración Tributaria. La CICIG y el MP destaparon luego otros casos de corrupción gubernamental.

“No hay duda”, declaró, al narrar el método operativo de “La Línea”. Por el mismo caso, Pérez salió airoso a mediados de este mes de un antejuicio para retirarle el fuero. En una cama de un hospital capitalino en el que convalecía hace varios días por diversos padecimientos, Baldetti fue notificada de su arresto a las 09:15 horas por el juez Miguel Ángel Gálvez, del Juzgado de Mayor Riesgo B, de la capital. El director del centro médico privado, Carlos Sandoval, dijo que Baldetti llegó a ese centro de salud el pasado día 14 aquejada, según sus abogados, de “padecimientos del corazón” y diferentes “quebrantos de salud”, pero ya fue dada de alta y se le trasladó al Cuartel Militar Matamoros.

Tras la captura, en la capital guatemalteca hubo manifestaciones callejeras de júbilo con el reiterado reclamo de que Pérez dimita, en lo que agrava las tensiones a sólo 16 días de que Guatemala acuda a comicios para elegir presidente, vicepresidente, legisladores, líderes municipales y demás autoridades. La cúpula empresarial también pidió ayer al presidente su “renuncia inmediata”.

“Es un hecho histórico para Guatemala”, dijo el guatemalteco Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala. “Esto devuelve la confianza al pueblo en la administración de justicia, históricamente poco efectiva para enjuiciar a altos funcionarios y aplicar la ley por parejo a todos”, afirmó a EL UNIVERSAL.

Según Velásquez, hay evidencias de que en una semana Pérez y Baldetti recibieron al menos dos millones de quetzales en sobornos (unos 262 mil dólares). En uno de los allanamientos se encontró una cotización a nombre del presidente que buscaba blindar su vehículo Jaguar XF por 23 mil dólares. Con información de agencias

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses