David Sweat, el preso que escapó junto a un compañero el pasado 6 de junio de una cárcel de máxima seguridad en Nueva York, provocando una intensa cacería policial, escuchó hoy los nuevos cargos en su contra, durante su primera audiencia ante una corte tras su recaptura.

Sweat, que cumplía cadena perpetua cuando escapó de una cárcel de máxima seguridad, escuchó hoy al juez presentarle dos cargos por fuga y otro por promover el contrabando en la cárcel, acompañado por un abogado asignado por la corte, según medios de prensa locales.

De ser hallado culpable enfrentaría una sentencia de siete años.

De acuerdo con el fiscal Andrew Wylie, el que Sweat esté cumpliendo cadena perpetua, por el asesinato de su exjefe, no cambia su posición de llevarle a un nuevo juicio.

"Él cometió un delito en este condado y lo voy a enjuiciar por ello", indicó Wylie, según NBC, y afirmó que otra condena para Sweat significará que pasará el resto de su vida con más restricciones en la cárcel.

El prisionero, de 35 años, fue recapturado el pasado 28 de junio, dos días después de que su compañero Richard Matt, que también cumplía cadena perpetua por asesinato, fuera abatido por la policía.

En su primera comparecencia ante el juez tras la fuga, Sweat lucía el uniforme verde de la prisión donde está ahora, la Five Points Correctional Facility, en el norte del estado, confinado durante 23 horas, y su brazo derecho en un cabestrillo, ya que aún se recupera de las heridas de bala que sufrió durante su arresto.

El confinado fue colocado en una unidad especial de la cárcel para presos con problemas de disciplina, donde no está en contacto con otros presos y solo se le permite una hora de ejercicio al día.

Sweat, que lucía tranquilo, se mantuvo en silencio durante la breve audiencia, en la que pese a que no hubo una declaración suya sobre los cargos, el propio juez verbalizó la declaración de no culpabilidad en su nombre.

Sweat y Matt contaron para su huida con la ayuda de Joyce Mitchell, entonces empleada de la prisión de máxima seguridad, quien fue arrestada y se declaró culpable de los cargos de suministrarles las herramientas para cortar las barreras de las celdas, deslizarse por unas tuberías y salir a través de un pozo del complejo penitenciario.

La mujer ha admitido que sostenía relaciones sexuales con uno de los presos.

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