Gaza/Tel Aviv.— Miles de palestinos e israelíes se manifestaron ayer para condenar el ataque incendiario extremista contra una familia palestina en Duma, que causó la muerte de un bebé de 18 meses el viernes. Durante las protestas en Gaza y Cisjordania murieron dos jóvenes palestinos, en enfrentamientos con el ejército israelí.

Los palestinos salieron a las calles en Gaza y pueblos de Cisjordania, exigiendo “venganza” por el ataque en que quedaron gravemente heridos los padres del bebé y un hermano de cuatro años. Grupos armados palestinos como Hamas amenazaron desde el primer momento con responder al atentado cometido por presuntos ultraderechistas de los asentamientos judíos en Cisjordania.

Los israelíes se concentraron en ciudades como Tel Aviv, Haifa y Jerusalén para expresar su repulsa a la violencia y exigir al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu el fin de la instigación extremista, evidenciada por el ataque a la familia palestina y, un día antes, a una marcha gay en Jerusalén, durante la cual un judío ultraortodoxo apuñaló a seis personas. El extremista recién había salido de la cárcel por un ataque similar hace 10 años.

Durante las protestas en Gaza se registró un enfrentamiento en el que murió un joven palestino a manos del ejercito israelí, cerca de la zona que marca la frontera con Israel. La prensa local reportó declaraciones de un vocero del ejército israelí, el cual argumentó que los palestinos avanzaron hasta la zona limítrofe ignorando los avisos de advertencia.

Lo manifestantes lanzaron piedras contra los efectivos israelíes, que respondieron con disparos al aire para dispersarlos, y que luego tiraron “a los miembros inferiores de los sospechosos”, según la versión militar hebrea.

Otro adolescente, identificado como Laith Khamdi, de 14 años, quedó herido en las protestas del viernes en Cisjordania y este sábado falleció, reportaron fuentes médicas.

“El odio asesino” fue el eslogan de la mayor concentración de ayer, convocada por la ONG pacifista Paz Ahora (Shalom Ajshav), en la que participaron más de tres mil personas en la plaza Rabin de Tel Aviv, donde se leían pancartas con mensajes como “La incitación de la derecha asesina”, “Este es el precio del terrorismo” o “Cuando no hay paz, viene la guerra”. Los asistentes guardaron un minuto de silencio en memoria del bebé Ali Dawabsha, que murió quemado cuando los supuestos colonos incendiaron su vivienda.

El jefe de la oposición israelí y líder laborista, Isaac Herzog, calificó los hechos de “pogromo judío” y aseguró: “Lloramos por el bebé y lloramos por la familia y rezamos al dios que todos compartimos. El terrorismo es terrorismo y punto. Los terroristas son terroristas y punto. Tiendo la mano al pueblo palestino y a sus dirigentes (...) y les pido que hagamos la paz”.

En unas palabras dirigidas a los sectores más extremistas, Herzog señaló: “No nos callaremos: los enviaremos a la cárcel. Desde hace años venimos escuchando este tipo de reacciones. No les permitiremos arruinar el Estado”.

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